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Técnicos de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) dicen que la telefónica estatal requiere invertir US$ 9 millones en la instalación de la red 4G o LTE en 120 radiobases de Asunción y ciudades del interior, y Vox otros US$ 7 millones para instalar la red 4G en 144 radiobases y migrar su red 3G a la banda 1900 Megahertz (MHz).
Estos datos constan en el informe de auditoría de la Contraloría General de la República, de agosto del año pasado.
Para el Sindicato Nacional de Telecomunicaciones (Sinattel), mayor gremio de Copaco, primero se deben auditar todas la inversiones que se hicieron desde 2010 hasta 2017, para determinar si en realidad se proveyeron de los bienes adquiridos.
Entre 2010 y 2014, la empresa estatal invirtió en la “reactivación” de Vox poco más de US$ 50 millones (más de G. 300.000 millones al cambio de G. 6000). Inclusive tuvo que dar como garantía sus depósitos en varios bancos privados para los créditos de Vox. Todo indica que la compra de la quebrada empresa de telefonía móvil no resultó una oportunidad de negocios para la Copaco sino un gran problema, teniendo en cuenta las pérdidas económicas anuales de unos G. 50.000 millones desde 2010, año en que la adquirió.
La telefónica adquirió sistemas tecnológicos para la ampliación de cobertura, equipos telefónicos, inclusive para el servicio de marketing, y no logró levantarse en estos nueve años. Al contrario, le significó pérdidas anuales de unos G. 50.000 millones.
Estas adquisiciones de bienes y servicios se hicieron mediante contrataciones directas, sin licitación, fuera de la Ley 2051/03 de Contrataciones Públicas, con el argumento de que la citada norma dilataba excesivamente los procesos de compras y le impedía competir en el reñido mercado. Las millonarias inversiones y la caída en picada de la facturación de la Copaco desde la compra de Vox desvirtúan las argumentaciones para eludir la Ley 2051. Las compras se hicieron rápidamente, pero las provisiones tardaron. Una muestra es el contrato para la compra de software y hardware para Vox, que no fue proveído en tiempo y forma, según informes de técnicos de la telefónica, que obran en la auditoría de la Contraloría.
Firma Vox, una “cáscara vacía”
De acuerdo a fuentes técnicas del sector telecomunicaciones, Vox se compró sin contenido. Apenas tenía unos 50.000 usuarios y sus antenas o radio bases estaban equipadas con tecnología obsoleta. Por eso en 2010 la Copaco y su subsidiaria Vox realizaron compras millonarias de redes 2G y 3G. En 2013 la telefónica estatal lanzó su tecnología 4G (módem no telefonía celular) mientras que en el resto del mundo ya se había implementado en 2009.