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Para el director de la Dirección General de Empresas Públicas (DGEP), Elvio Brizuela, la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) tiene que cumplir el mandato de la Contraloría General de la República (CGR) respecto a las adquisiciones de Vox (Hola Paraguay) a través de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP).
Pero primero deben analizar cómo integrarlas para evitar daños a la Copaco, porque “si viene así como está, te destruye toda la empresa: hay que ver cómo traerla; eso es lo que está analizando la gente entendida, cómo puede hacerse la integración”, agregó.
Están considerando que la parte operativa en sí asuma Copaco con una estructura diferente, y que Vox quede como un vendedor de servicios.
“Allí están varios técnicos analizando la estructura digital de comunicaciones de Copaco. Fueron contratados para que nos identifiquen los problemas que hay y luego proponer la solución. El BID nos está ayudando en la contratación de esos técnicos, en el marco de una cooperación que tiene con nosotros”, refirió Brizuela.
Los trabajos durarán de unos 120 días. El contrato firmaron hace un par de días. El plan, según dijo, es tener para fin de año una radiografía de la situación de ambas empresas. Tienen pendiente también la auditoría, cuya licitación está en curso.
Cree que a fines de este mes estarán otorgando la licitación, en este segunda convocatoria. La anterior declararon desierta porque había gente que se quería aprovechar de algunos ítems del pliego que no estaban muy claros. “Nuestro objetivo es que los técnicos que trabajen sean de primer nivel. Vamos a usar el informe para tomar decisiones, y no queremos algo que no nos sirva; entonces, aplicamos algunos cambios”, expresó.
Contraloría dice que Vox es pública
El ente de control había dicho en su informe de auditoría de agosto del año pasado que Vox es una empresa pública al ser propiedad de Copaco, por lo que sus compras debe realizar a través de Contrataciones Públicas. En su informe, señala una serie de irregularidades, tales como la emisión de acciones de Vox para cubrir una deuda de G. 64.000 millones que tenía con Copaco, bienes no proveídos, pagos a técnicos que no fueron aprobados por la asamblea, depósitos bancarios como garantía por préstamos, que ronda los G. 80.000 millones, entre otros.
Vox adquirió Copaco en 2010 por US$ 3 millones. Invirtió más de US$ 50 millones en cuatro años para reactivarla y hacerla competitiva, propósito que jamás alcanzó, teniendo en cuenta que todos los años viene registrando pérdidas económicas.