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Villate agrega que, “a pesar de las muchas evidencias en contra, muchos siguen sosteniendo que tal modelo nos dará buenos resultados, ya sea directamente o por medio de una comercializadora de la propia ANDE en el exterior. Al parecer, los ejemplos históricos de desastrosa actuación de la ANDE en el campo de la comercialización no son suficientes para plantear un cambio de paradigma, sencillamente por una mera barrera ideológica”.
“Durante 13 años, la ANDE comercializó su energía con Edefor (Formosa) y EMSA (Misiones)..., con malos resultados para el país, y con COPEL del Brasil habrían vendido, en promedio monómico, por 12 US$/MWh, siendo que el contrato de interconexión fijaba el valor entre un mínimo de 17 y un máximo de 23.
Por razones ideológicas nos insisten en seguir tropezándo con la misma piedra, dándole oportunidad al jugador que solo mete goles en contra de la albirroja en lugar de cambiarlo. Debemos cambiar el modelo comercial para pretender tener oportunidades de ganar beneficios como país.
Por otro lado, afirmar que es “difícil, por no decir imposible”, contratar energía secundaria es un concepto arcaico, encorsetado y que va perdiendo vigencia ante el imparable avance de las energías renovables que mayormente proporcionan energía secundaria. No por casualidad Uruguay se convirtió en referente de energías renovables en la región, vendiendo excedentes al Brasil. Al contrario de la opinión del Ing. Samaniego, la reglamentación del mercado mayorista uruguayo permite los contratos (especiales) de la energía secundaria, lo cual también refleja nuestra imagen de país retrógrado y con escasa visión del entorno regional y mundial. Si sumamos a lo anterior la difícil situación económica de la ANDE, pérdidas operativas anuales, falta de experiencia en mercados competitivos, desidia y corrupción, tendremos el resultado que salta a la vista: enormes pérdidas de oportunidades y altas tarifas que pueden ser más baratas si actuamos inteligentemente”.