Condenan a una cervecería a abonar G. 1.566 millones por “defraudación”

La Dirección Nacional de Aduanas condenó por defraudación a la firma Cervecería Paraguaya SA (Cervepar) y la emplazó para el pago de G. 1.566 millones, por haber introducido al país supuestamente de manera irregular, a través del puerto de Pilar, un cargamento de más de ocho millones de tapas de aluminio para sus envases de cerveza.

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Las mercaderías fueron importadas con un certificado de origen de São Paulo, con lo que quedaban exoneradas de aranceles, pero después se comprobó que fueron producidas en Manaos (zona franca en Brasil) y que, por ende, tenían que pagar un tributo del 14%. El despachante alega que la exportadora brasileña admitió su error y que va a retribuir los gastos.

La sentencia fue dictada por el titular de la Administración de Aduana de Terport, Adrián Giménez, el 17 de noviembre pasado, y quedó ratificada el 13 de enero último, con el rechazo de una apelación que había sido presentada por el abogado Juan Carlos Miguel Boggino Ramallo, en representación de Cervepar, y del despachante Agustín Roberto María Andrada Pasmor, principales blancos de la denuncia.

La última resolución lleva la firma del propio titular de la Dirección Nacional de Aduanas, Nelson Valiente; del secretario privado, Iván Fernando Bareiro, y de la actuaria del departamento de Sumarios Administrativos, Verónica Quiñónez.

La institución incluso emplazó a Cervepar y al despachante a la ejecución del pago de G. 1.566.185.350 en los siguientes cinco días hábiles, es decir, hasta el 20 de enero de 2016, pero hasta ayer no se produjo el desembolso, consistente en G. 783.092.675 por tributos diferenciales y otro monto exactamente igual en concepto de multa.

La investigación se inició con una denuncia presentada el 8 de enero de 2013 ante la entonces directora de Aduanas, Rocío Vallejos, por los funcionarios que estaban en la aduana de Pilar, Hugo Arruabarrena (administrador), Carlos Ramón Cáceres Delgado (jefe de Resguardo), Gustavo Concepción Aquino Britos (subjefe de Resguardo) y Julio César Ferreira (jefe de Valoración).

Por no querer pagar G. 4 millones

Los denunciantes dijeron que detectaron la infracción cuando la compañía Cervepar, una de las mayores aportantes del fisco, recibió en el puerto de Pilar un cargamento de 8.025.600 unidades de tapas de aluminio para latas de cerveza, provenientes de Brasil.

La mercadería ingresó con un certificado de origen que decía ser de São Paulo, donde por el Tratado del Mercosur está vigente el régimen de arancel cero, es decir, exonerado de tributos.

Sin embargo, las tapitas de aluminio en realidad fueron importadas de la firma Rexam Beverage Can South América, con sede en Manãos, zona franca de Brasil, que está excluida del territorio aduanero de Mercosur, por lo que entonces debían haber pagado un impuesto del 14%, de acuerdo con los datos.

La irregularidad por la cual ahora Cervepar debe pagar G. 1.566.185.350 fue detectada, irónicamente, porque la cervecera no quiso pagar un flete de poco más de G. 4.000.000 a la misma línea de contenedores que le trajo el cargamento, recordó Carlos Cáceres, uno de los funcionarios denunciantes.

Resulta que en aquella época la bajante del río Paraguay obligó a la empresa transportadora de los contenedores a descargar ya en Pilar los productos comprados por Cervepar y que fueron despachados por Andrada Pasmor.

Pero, posteriormente, la misma compañía de fletes se comprometió a traer la mercancía de Cervepar hasta el puerto de Villeta, aunque la cervecera rechazó el servicio adicional, supuestamente para evitar el pago por el tras- lado y el viaje de retorno de los contenedores vacíos hasta el puerto de Pilar.

De este modo, Cervepar y el despachante pidieron el vaciamiento del contenedor, para traer por su propia cuenta hasta Asunción el cargamento de tapitas de aluminio.

El contenedor, antes de eso, ni siquiera había sido revisado, ya que ingresó al Paraguay con cabal de selectividad naranja, lo que como máximo habilitaba a los funcionarios al análisis documental de las mercaderías, en un paso meramente protocolar antes de liberar el envío.

Justamente, en el proceso de vaciamiento del contenedor fue que lo funcionarios descubrieron mediante las etiquetas adheridas, que el cargamento provenía de Manãos y no de São Paulo como declaró Cervepar.

Cambio de calificación

Durante el sumario, que ya lleva más de tres años, Cervepar y el despachante Andrada Pasmor insistieron en revocar el fallo en su contra, pero como no lo consiguieron pidieron entonces el cambio de la calificación del hecho investigado a una falta aduanera por diferencia, una infracción menos gravosa que la defraudación por la cual fueron condenados. Esta última figura, entonces, por un lado obliga a Cervepar a reponer los G. 783.092.675 que el fisco dejó de percibir y, por el otro, ordena a la firma al pago de otro monto idéntico como multa, que a su vez tienen que repartirse exactamente a la mitad la Dirección Nacional de Aduanas y los cuatro funcionarios denunciantes, conforme al fallo definitivo.

“Estamos peleando para que la multa sea menos”

Uno de los afectados por la resolución de Aduanas, el despachante Agustín Roberto María Andrada Pasmor, dijo que la supuesta evasión de tributos “fue por un error del exportador”, al referirse a la firma brasileña Rexam Beverage Can South América, que vendió a Cervepar las tapas de aluminio para sus latas de cerveza.

“No fue un error del despachante ni de la firma. Nosotros incluso desde el primer momento arrimamos todos los documentos y los antecedentes”, manifestó.

Al ser preguntado en qué consistió el error de la exportadora brasileña, explicó que “fueron ellos los que le colocaron a los palets las calcomanías como que eran de origen de Manaos, de la zona franca del Brasil. Ellos asumieron el error y quedaron en retribuir los gastos”, añadió.

Sin embargo, reconoció que se deben pagar los G. 1.566 millones a la Dirección Nacional de Aduanas, la mitad por tributos diferenciados y la otra mitad como multa.

“El caso se encuentra en manos de los abogados. Estamos peleando incluso para que la multa sea menos”, indicó Andrada Pasmor, quien por último ratificó que nunca hubo un intento de evasión ni mala intención en la operación ahora castigada por Aduanas.

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