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La aguatera estatal lo hizo luego de cumplirse un año de una denuncia de corrupción en el marco del proceso licitatorio del contrato de G. 54.900 millones para la obra del relleno y el complejo habitacional otorgado al consorcio Bella Vista (integrada por la estadounidense ERS y la española Magtel).
La Essap, en setiembre del año pasado, ante la presión del Banco Mundial, denunció que la firma norteamericana ERS (Environmental Risk Service), representada por Paola Rodolfi, presentó documentos falsos para ganar el contrato.
El consorcio cobró unos G. 30.000 millones del contrato de G. 54.900 millones. Ante la rescisión del contrato con Bella Vista, la aguatera debió otorgarlo a la segunda mejor oferta, al consorcio Copacre-CIV SA, representado por Isacio Vallejos, que ofertó G. 57.600 millones. Fue contratado por G. 35.361 millones para terminar el proyecto.
Sumando los G. 30.000 millones que cobró Bella Vista por el relleno hidráulico y luego los G. 35.361 millones a Copacre-CIVSA para las casas, tenemos un gasto de G. 65.361 millones en un proyecto adjudicado por G. 54.900 millones.