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De esta manera opinó Cristhian Lizcano, extitular del ente regulador de Colombia y actualmente consultor en asuntos jurídicos y regulatorios de la industria de tecnologías de la información en varios países de América Latina, con relación al debate mediática entre Tigo y Personal sobre la licencia de televisión satelital que pidió Tigo a la Conatel en 2012.
“Un mercado donde la participación mayoritaria o dominancia de un operador en telefonía móvil y de televisión por cable y que además ostenta la exclusividad en la transmisión del fútbol local en un país, claramente exige del regulador un análisis técnico-económico muy detallado sobre el entorno de competencia y, ante todo, acerca de los posibles efectos o impactos que el otorgamiento de una licencia de televisión satelital podría generar para la sana y leal competencia. Si existe una competencia equilibrada en la prestación de los servicios, son los usuarios los que más se beneficiarán de ese entorno competitivo”, subrayó.
Si el análisis evidencia riesgos de concentración (o de mayor concentración o casi estado de monopolio) en la prestación de los servicios de telecomunicaciones, el regulador debe abstenerse de expedir tal licencia o puede imponer una serie de condiciones que garanticen mayor competencia en los mercados involucrados, más tratándose de la transmisión del fútbol local que para un país como los nuestros es considerado de interés general para todos los habitantes, subrayó.
El asesor legal de Tigo, Javier Parquet, dijo al respecto que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones no tiene competencia ni atribuciones legales para intervenir en el contenido de programaciones, como la señal del campeonato de fútbol.