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Defendió la agricultura de conservación como la mejor alternativa de producción en este segundo año de bajos precios. Dio a conocer datos reveladores de 12 parcelas demostrativas que tiene el Inbio en fincas campesinas, en diferente puntos del país.
Entre varios, citó el caso de Vicente Ocampos, quien vivía en un suelo pobre en San Solano, Itapúa, y quien estaba pensando seriamente en vender su tierra y mudarse con la familia hasta que recibió la visita de los técnicos de Inbio y sacó provecho.
“Entró con la siembra directa, la labranza mínima, la rotación de cultivos, los abonos verdes y mejoró su productividad. Empezó a pagar sus deudas y empezó a comprar electrodomésticos. Todo lo que sea bienestar material. Le mandó a la universidad a su hijo, levantó una nueva casa y compró un terreno contiguo para agrandar su chacra”, comentó.
Ocampos pasó de tener siete hectáreas llenas de malezas, a diez hectáreas bien productivas, con yerbales y producción de aves y cerdos. También habló de Asunción López, de Colonia Barbero, San Pedro, y otros.