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El complejo de Mariano Roque Alonso, que está siendo demolido desde mayo de este año, jugó un papel fundamental para la concreción del megafraude bancario perpetrado a fines de los años 1990 contra el Banco Nacional de Fomento (BNT), según publicaciones de la época. Este proyecto, y otros “de interés social”, fueron el pretexto para el otorgamiento de millonarios préstamos sin garantías reales, durante la presidencia en el BNT de Édgar Cataldi, quien falleció el año pasado tras haber permanecido prófugo durante años.
Veintena de presos, pero el cerebro, libre
La quiebra y vaciamiento del BNT dejaron una veintena de condenados (ver infografía), entre quienes se encuentran exdirectivos del BNT, exfuncionarios de la entidad bancaria, sindicalistas, como Alan Flores, y un empresario.
Tristemente, uno de los cerebros de la gran estafa, el argentino Roque Carmona, nunca pisó la cárcel. Él fue el responsable de armar una red de firmas que por sí o por interpósitas personas solicitaban los préstamos al BNT. Carmona huyó del Paraguay tras conocer su procesamiento, y fue detenido el 2 de octubre del 2004 en la provincia de Entre Ríos, Argentina.
La justicia paraguaya solicitó su extradición, petición que obtuvo respuesta favorable tanto en primera como en segunda instancia.
Sin embargo, la entrega del prófugo a las autoridades judiciales quedó truncada el 15 de noviembre del 2006, cuando la Suprema Corte de Justicia argentina dispuso la libertad del procesado, tras alegar que la causa se encontraba prescripta.
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