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“Pareciera que nuestros compatriotas han aprendido a convivir con el contrabando y la informalidad. Consideran que esos males son una ventaja, ya que les permiten obtener productos de consumo a precios más bajos, y así hacerlos más accesibles a los pobres. Pero esos mismos pobres que se alimentan a menor precio, sufren las carencias de los servicios de salud, educación y otros que son provistos por el Estado de forma precaria y deficiente, por falta precisamente de los recursos que se pierden en la evasión fiscal”, puntualizó.
También hizo referencia a las sanciones establecidas hoy en nuestra legislación sobre el contrabando, que a su criterio deben ser cambiadas a penas de cárcel para un mejor combate al flagelo.