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La fabricación terminó exactamente un año después de haberse iniciado y, luego de botar al río las primeras embarcaciones en noviembre del año pasado, tuvo un ritmo de entrega de más de tres barcazas por mes, según los datos del CIE.
Los plazos contractuales no solo fueron cumplidos, sino también la última barcaza fue entregada con más de 30 días de anticipación, destacó el Ing. Nilco Rolón.
Como cada barcaza pesa más de 260 toneladas, el ritmo de fabricación hizo que en algunos meses hayan sido procesadas más de 1.000 toneladas de acero como materia prima, tanto en el CIE como en el Astillero Chaco Paraguayo, dijo.
En un país mediterráneo y básicamente agrícola como el Paraguay, el transporte fluvial es de vital importancia para la exportación de sus productos, porque es el más económico, sobre todo si lo comparamos con la alternativa del transporte terrestre, afirmó.
Las barcazas fueron fabricadas en módulos en las instalaciones que CIE tiene en Luque, luego estos módulos son transportados hasta el Astillero Chaco Paraguayo a orillas del río Paraguay en Villa Hayes, donde las embarcaciones son ensambladas completamente, para finalmente ser botadas al río.
Durante todo el tiempo que duró la fabricación, más de 250 obreros altamente capacitados en CIE y en el Astillero Chaco Paraguayo trabajaron directamente solo en la manufactura de estos equipos.
También fueron beneficiados innumerables proveedores de insumos, transportistas y varias empresas metalúrgicas favorecidas a su vez con subcontrataciones hechas por los contratistas principales, señaló Rolón.
Añadió que el CIE y el Astillero Chaco fueron adjudicados con el contrato para el suministro de las 30 barcazas luego de un concurso de precios a nivel internacional.
Afirmó que, debido al éxito alcanzado, ambas firmas fueron contratadas de vuelta por las mismas empresas para construir otras 33 barcazas.