Cargando...
La publicación digital del vecino país añade que en ese encuentro “Cartes ratificó la construcción del brazo Aña Cua, el plan de modernización de la central y obras”. En rigor, el brazo Aña Cua del río Paraná está construido y la maravillosa obra fue hecha por la naturaleza.
Economis se refería al pequeña central hidroeléctrica que propone construir y equipar la entidad binacional (EBY) en la margen izquierda de este brazo del río Paraná, en las inmediaciones del vertedero con que cuenta la actual represa en ese punto del territorio paraguayo.
“En una reunión desarrollada en el despacho de Mburuvicha Róga de Asunción, el presidente de Paraguay, Horaco Cartes, recibió al nuevo director de Yacyretá, Martín Goerling, y a su par paraguay, Ángel María Recalde. Allí, el presidente les ratificó a los directores el apoyo a los proyectos que tenía en marcha, como la modernización de la central, la compra de turbinas, obras, y la construcción del brazo Aña Cua”, reitera.
“Fue un encuentro cordial en el que el presidente nos dio su apoyo para continuar con las obras que se planificaron en la gestión de Schiavoni. Se necesitan comprar más turbinas... Vamos a seguir con el plan de modernización de la central, es decir continúa en agenda el parque generador, para terminarlo van a pasar más o menos 20 años....” declaraba Goerling, según la publicación de Economis.
Martín Goerling Lara fue confirmado como director argentino de la entidad binacional el día 12 del presente mes, luego de que su predecesor, el Ing. Humberto Schiavoni, asumiera su nueva función de senador por el partido del actual gobierno argentino, presidido por Mauricio Macri.
El proyecto de construcción el central hidroeléctrica del Aña Cua es un viejo proyecto, suspendido durante el Gobierno de Nicanor Duarte frutos porque sus costos había saltado de alrededor de US$ 200 millones a US$ 400 millones.
El acuerdo que sellaron los actuales presidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri el 4 de mayo del año pasado en la isla Yacyretá, lo rescató de los cuestionamientos, hasta de manejos poco claros hechos por el gobierno de Nicanor Duarte e inclusive pusieron en marcha la licitación correspondiente para concretarla.
Hoy la estimación de costo del proyecto ronda los US$ 650 millones.
La justificación básica del proyecto es el aprovechamiento del caudal ecológico que la entidad vierte, a través del correspondiente vertedero, para que el brazo Aña Cua del río Paraná no se seque.
El proyecto no figura en el Tratado de Yacyretá, específicamente su Anexo A, razón por la cual la decisión de construirla sin la correspondiente aprobación parlamentaria, se constituye en una transgresión del orden legal de nuestro país.
Los dos llamados hechos por la EBY para construir y equipar la nueva usina fueron congelados hasta abril y mayo de este año.
“Conducta dolosa”
El actual Consejo de Administración de Yacyretá y el Comité Ejecutivo, “a través de una conducta dolosa”, que transgrede los principios del derecho internacional público y la Constitución Nacional (Arts. 112 y 137), porque “sin tener atribuciones llamó a una licitación para la construcción de una nueva central en el Aña Cua, no prevista en el Anexo B del Tratado...”, se lee entre las conclusiones de un reciente simposio que reunió a docentes de la UCA y de la UNA y a técnicos independientes.