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En enero y febrero pasados hubo una disminución de la cartera de créditos, así como un aumento del nivel de moras, debido a que una gran parte de los grandes préstamos empezaron a liquidarse como efecto de la buena campaña sojera; incluso algunos ya pagaron por adelantado sus cuentas.
Analistas atribuyen este efecto a que la actividad agrícola es cíclica, razón por la cual, en la generalidad de los casos, las líneas de crédito a los sojeros se reactivan entre finales de febrero y comienzos de marzo, lo que pudo contribuir más en la desaceleración de la cartera en los primeros meses de este año.
Efecto cambiario
A las causas mencionadas anteriormente, también se agrega la caída importante que sufrió el dólar estadounidense entre enero y febrero, cuyo efecto impactó directamente sobre los créditos transados en dicha moneda y que al convertirlos en guaraníes generó una disminución de la cartera por el efecto cambiario.
En lo que respecta al índice de morosidad de marzo, se mantuvo la tasa alcanzada en febrero de 2,27%, de acuerdo con los datos del Banco Central.