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FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). El Chaco ya se observa de nuevo verde y recuperado. Después de una sequía cíclica de poco más de tres meses, han llegado las lluvias y, con ellas, ahora vuelven a reverdecer los campos.
Hace dos semanas, durante cuatro días cayeron precipitaciones bastante generalizadas en toda la Región Occidental, y el Chaco ha cambiado su rostro, de gris a un verde exuberante.
El pasto que estaba ya amarillo ahora crece de nuevo, y los ganaderos ya no tienen que dar alimentos sustitutos como heno, caña de azúcar a sus animales.
Recuperación
En los establecimientos ganaderos se observan tajamares, recuperados en parte, que hacen que el productor recupere confianza, porque la sequía terminó.
En el sector agrícola existe una intensa actividad, preparando las chacras para nuevos cultivos, ya que estamos entrando en época de siembra de los rubros tradicionales.
Las comunidades indígenas también están preparando sus parcelas para la producción agrícola.
Están aquellos que trabajan con créditos, preparando sus propias chacras y sembrando cultivos de renta en superficies pequeñas.
Otras comunidades reciben ayuda de la Gobernación a través de un plan agrícola para sembrar melones, sandía o zapallo para el autoconsumo.
Aljibes con agua
En las ciudades y aldeas del Chaco Central, muchos aljibes se han recuperado con agua de lluvia, que es la única fuente hasta ahora, para contar con el vital líquido.
El drástico cambio del Chaco hacia un paisaje verde y agradable es típico para la región que tiene una formidable capacidad de recuperación, a pesar de lo crítica que puede ser la sequía.
Con una sola lluvia, renace prácticamente todo el ecosistema, y el Chaco Central cambia su rostro, y esto lo disfrutan no solo sus habitantes, sino también la riquísima fauna y flora que caracteriza a esta región del país.
Pérdidas
Todavía no se pudo cuantificar con precisión las pérdidas que ocasionó a los productores la última sequía, que afectó tanto la producción pecuaria como la agrícola, con la muerte de numerosas cabezas de ganado bovino principalmente, la significativa disminución de la producción láctea, así como también la pérdida de varios cultivos de estación.