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De acuerdo a los datos del gremio, la cifra es 9% menor a la registrada en el décimo mes de 2013. Señala que en los primeros 10 meses de 2014 las fábricas instaladas en Brasil produjeron 2,68 millones de vehículos, el número más bajo desde 2008. En el mismo periodo del año pasado, esa cifra llegó a 3,19 millones.
Las ventas, sin embargo, crecieron un 3,6% ante setiembre, pero con relación a 2013 los registros de vehículos cayeron un 7,1%.
La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) mantuvo su previsión de baja de 10% en la producción para este año ante 2013 y de 5,4% en las ventas. Entre los segmentos, el único que registró alza en la producción durante octubre fue el de camiones, que creció un 5,2% ante setiembre.
Por otra parte, las exportaciones se hunden, perjudicadas en un 54,6% interanual, principalmente, por la crisis económica de Argentina. “La situación de Argentina continúa afectando las exportaciones”, dijo el presidente de Anfavea, Luiz Moan, en conferencia de prensa. Anfavea informó que fueron exportados en total 23.503 autos, camiones y autobuses, un 9,7% menos que en setiembre. En los primeros diez meses de 2014, la caída de las ventas al exterior es de 40,4%.
Efecto negativo
Al respecto, el presidente de Fujikura Paraguay (fabricante de cableados eléctricos para varias marcas en Brasil), Ignacio Ibarra, confirmó que esta situación también ya tiene efectos negativos sobre la producción de autopartes de la firma, ubicada en la Zona Franca Global en Ciudad del Este.
Dijo que, dependiendo de las marcas a las cuales provee la compañía, sus exportaciones al mercado brasileño han disminuido entre 25% y 40%. En ese sentido, manifestó que una reactivación dependerá de lo que suceda en el Brasil a partir del año que viene, aunque la previsión de crecimiento económico del vecino país es de apenas 1,1%, de acuerdo a los datos oficiales.
Por otro lado, expertos han señalado que Argentina seguirá debatiéndose en una gran incertidumbre, hasta tanto no haya cambio de Gobierno, que podría producirse tras las elecciones generales del año que viene. Esto equivaldría a que la región seguirá soportando los ramalazos de una criticada política económica y financiera aplicada hace un tiempo por el actual gobierno, bajo el mando de la presidenta Cristina Fernández.