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La cuarta edición de esta feria se inició el viernes y concluyó anoche en el Centro de Convenciones Mariscal López. A pesar de algunas dificultades, como la interrupción del servicio eléctrico que sufrió el local el sábado y la inclemencia del clima, con lluvia casi continuada, la afluencia de público fue muy buena.
Esteban Aguirre, vocero de la organización, al requerírsele una evaluación y expectativa de la feria, respondió: “Esta noche probablemente voy a decir que no sobrepasamos la meta del año anterior, pero sí voy a decir que el éxito está en el alma de la fiesta, en saber que la gente quiere Paladar para rato, en que si se va o no la luz, ahí nos quedamos todos y que la gastronomía paraguaya vino a quedarse, no es pasajera”.
Fueron 28 los locales gastronómicos que participaron de esta feria, mostrando y ofreciendo al público lo mejor de la industria gastronómica y a precios accesibles. Los visitantes disfrutaron de buena comida, bebida, jugos, postres de toda variedad; hasta helado caliente se ofertó. Ayer hubo mayor concurrencia al mediodía, pues las familias llegaron hasta el lugar para degustar los distintos platos de comida.
La feria trató de ser un reflejo de lo que ocurre en la gastronomía paraguaya, explicó Aguirre.
“Si nosotros no tomamos la gastronomía como una cultura, como una creatividad, difícilmente podamos tener una incidencia en la industria”, apuntó.
Manifestó que como feria, la idea no fue solo crear una fiesta gastronómica de tres días, sino que tener el compromiso de generar datos concretos respecto al paladar, el gusto de la gente, las exigencias, de tal modo que le sirva al empresario gastronómico para tomar decisiones más inteligentes y acorde a la exigencia del consumidor.
Reconoció que tendrían que hacer una feria más chica, más acorde y representativa a lo que está ocurriendo en la gastronomía.