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Cuando el Brasil necesitaba energía agudamente hace unos años, sufrió uno de los peores racionamientos de su historia, y la Argentina hizo un excelente negocio exportando nuestra energía de Yacyretá por Garabí. Ahora que se invirtió la crisis (es la Argentina la que tiene carencia de electricidad), es la energía paraguaya de Itaipú la que posibilita que el Brasil exporte electricidad al Brasil.
BRASIL, DEFICITARIO EN SUMINISTRO ELECTRICO
Itaipú satisface más del 20% del mercado eléctrico brasileño, de lo cual la mitad es energía paraguaya, que no puede ser sustituida por el Brasil sino de fuentes mucho más caras.
Por ello, si el Brasil le exporta electricidad a la Argentina, es sencillamente porque dispone en su mercado de la energía paraguaya de Itaipú. De otra manera, no le sobraría ni un solo kWh en su sistema eléctrico.
LA ENERGIA ES PARAGUAYA, EL NEGOCIO ES DEL BRASIL Y DE LA ARGENTINA
Lo lamentable de la situación es que ante la frecuente -hasta permanente- escasez de energía eléctrica de los sistemas argentino y brasileño, son alternativamente el Brasil y la Argentina los que quitan provecho de la situación. O ambos países, para ser más precisos.
Brasil y Argentina se han puesto de acuerdo ya en la década de los 70, al imponernos tratados enteramente similares, para que el Paraguay -el único país con genuinos excedentes eléctricos- no participe del negocio eléctrico.
Entonces se esgrimió el argumento de que el Brasil y la Argentina no aceptarían depender el uno del otro y que, por ello, un mercado eléctrico era imposible en la región. Este argumento, de la década del 70 -cuando se nos impusieron los desventajosos términos de los tratados de Itaipú y Yacyretá que nos quitaban toda soberanía sobre nuestra electricidad-, se demostró que era enteramente falso. Tan falso que ahora son la Argentina y el Brasil los que comercian entre sí, excluyéndonos a nosotros, y esta exclusión habría sido la única meta de ambos países en ese entonces, y hasta ahora.
LAS TRABAS TECNICAS
En 1990, cuando estaba avanzando la obra de Yacyretá y era evidente la conveniencia de conectarla con Itaipú, el problema fue planteado en el seno de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), donde el secretario ejecutivo de entonces propuso estudiar el tema, contándose ya con un financiamiento para analizar la factibilidad de tal interconexión. El Brasil se opuso terminantemente a la propuesta y la cuestión ni siquiera fue estudiada. De esa forma, hasta hoy existe una dificultad técnica para que el Paraguay pueda exportar su energía excedente de Itaipú a la Argentina a través de una red que esté en territorio paraguayo. La intención del Brasil habría sido, desde luego, que al Paraguay ni siquiera se le ocurra pensar en utilizar soberanamente su energía.
Más recientemente, Argentina y Brasil se han opuesto a la puesta en paralelo de las unidades de generación de Yacyretá con las de Itaipú del Paraguay, así como las de Acaray, lo que equivaldría en la práctica a poner en paralelo los sistemas eléctricos de Argentina, Paraguay y las 9 unidades generadoras paraguayas de Itaipú. Técnicamente, es una cuestión que tiene su complejidad, pero también su solución, pues todos los días entran nuevas centrales eléctricas que deben ser puestas en paralelo con sistemas eléctricos de cada país. Debido a esta oposición de Argentina y Brasil, el Paraguay no puede utilizar sino muy limitadamente su propia energía de Yacyretá y, tampoco, puede pensar en exportar la energía paraguaya de Itaipú a la Argentina, pues no está en paralelo con la de Yacyretá.
Actualmente, se estaría llevando a cabo un estudio encabezado por Eletrobras para construir una red de 500 kV entre Yacyretá y Coronel Oviedo (para conectar allí con las redes que van a Itaipú y Asunción), que permitiría subsanar los inconvenientes técnicos de poner en paralelo Itaipú (lado paraguayo) con Yacyretá y los sistemas eléctricos paraguayo y argentino. Sin embargo, hay que ver qué resulta de tal estudio, pues la voluntad hegemónica de los gobiernos del Brasil y la Argentina sigue vigente.
PARAGUAY DEBE SER EL PRINCIPAL EXPORTADOR DE ELECTRICIDAD DEL MERCOSUR
Es nuestro país el que posee unos 40.000 GWh/año, o más, de excedentes eléctricos. No poseen excedentes ni el Brasil ni la Argentina, que son deficitarios e importan electricidad de nuestro país. Somos como Arabia Saudita o Kuwait y -¡vaya paradoja!- no somos nosotros los que exportamos la energía, sino los países que de nosotros importan.
Por ello, una política de Estado del Paraguay irrenunciable es que nuestro país sea el que se beneficie con los intercambios que se realizan en el Mercosur con nuestra propia electricidad. Es indignante que por una parte se nos prohíba exportar el principal servicio en el cual somos superavitarios -la electricidad- y los demás países intercambien libremente entre sí nuestra energía, en nuestras propias narices.
¿Por qué se permite semejante avasallamiento reiterado a nuestra soberanía? ¿Por qué estamos en un bloque comercial, el Mercosur, sin que podamos exportar libremente lo más importante que tenemos: la energía eléctrica? Es hora de que esta situación comience a cambiar, si es que queremos hablar de trato justo y equitativo en la región.
BRASIL, DEFICITARIO EN SUMINISTRO ELECTRICO
Itaipú satisface más del 20% del mercado eléctrico brasileño, de lo cual la mitad es energía paraguaya, que no puede ser sustituida por el Brasil sino de fuentes mucho más caras.
Por ello, si el Brasil le exporta electricidad a la Argentina, es sencillamente porque dispone en su mercado de la energía paraguaya de Itaipú. De otra manera, no le sobraría ni un solo kWh en su sistema eléctrico.
LA ENERGIA ES PARAGUAYA, EL NEGOCIO ES DEL BRASIL Y DE LA ARGENTINA
Lo lamentable de la situación es que ante la frecuente -hasta permanente- escasez de energía eléctrica de los sistemas argentino y brasileño, son alternativamente el Brasil y la Argentina los que quitan provecho de la situación. O ambos países, para ser más precisos.
Brasil y Argentina se han puesto de acuerdo ya en la década de los 70, al imponernos tratados enteramente similares, para que el Paraguay -el único país con genuinos excedentes eléctricos- no participe del negocio eléctrico.
Entonces se esgrimió el argumento de que el Brasil y la Argentina no aceptarían depender el uno del otro y que, por ello, un mercado eléctrico era imposible en la región. Este argumento, de la década del 70 -cuando se nos impusieron los desventajosos términos de los tratados de Itaipú y Yacyretá que nos quitaban toda soberanía sobre nuestra electricidad-, se demostró que era enteramente falso. Tan falso que ahora son la Argentina y el Brasil los que comercian entre sí, excluyéndonos a nosotros, y esta exclusión habría sido la única meta de ambos países en ese entonces, y hasta ahora.
LAS TRABAS TECNICAS
En 1990, cuando estaba avanzando la obra de Yacyretá y era evidente la conveniencia de conectarla con Itaipú, el problema fue planteado en el seno de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), donde el secretario ejecutivo de entonces propuso estudiar el tema, contándose ya con un financiamiento para analizar la factibilidad de tal interconexión. El Brasil se opuso terminantemente a la propuesta y la cuestión ni siquiera fue estudiada. De esa forma, hasta hoy existe una dificultad técnica para que el Paraguay pueda exportar su energía excedente de Itaipú a la Argentina a través de una red que esté en territorio paraguayo. La intención del Brasil habría sido, desde luego, que al Paraguay ni siquiera se le ocurra pensar en utilizar soberanamente su energía.
Más recientemente, Argentina y Brasil se han opuesto a la puesta en paralelo de las unidades de generación de Yacyretá con las de Itaipú del Paraguay, así como las de Acaray, lo que equivaldría en la práctica a poner en paralelo los sistemas eléctricos de Argentina, Paraguay y las 9 unidades generadoras paraguayas de Itaipú. Técnicamente, es una cuestión que tiene su complejidad, pero también su solución, pues todos los días entran nuevas centrales eléctricas que deben ser puestas en paralelo con sistemas eléctricos de cada país. Debido a esta oposición de Argentina y Brasil, el Paraguay no puede utilizar sino muy limitadamente su propia energía de Yacyretá y, tampoco, puede pensar en exportar la energía paraguaya de Itaipú a la Argentina, pues no está en paralelo con la de Yacyretá.
Actualmente, se estaría llevando a cabo un estudio encabezado por Eletrobras para construir una red de 500 kV entre Yacyretá y Coronel Oviedo (para conectar allí con las redes que van a Itaipú y Asunción), que permitiría subsanar los inconvenientes técnicos de poner en paralelo Itaipú (lado paraguayo) con Yacyretá y los sistemas eléctricos paraguayo y argentino. Sin embargo, hay que ver qué resulta de tal estudio, pues la voluntad hegemónica de los gobiernos del Brasil y la Argentina sigue vigente.
PARAGUAY DEBE SER EL PRINCIPAL EXPORTADOR DE ELECTRICIDAD DEL MERCOSUR
Es nuestro país el que posee unos 40.000 GWh/año, o más, de excedentes eléctricos. No poseen excedentes ni el Brasil ni la Argentina, que son deficitarios e importan electricidad de nuestro país. Somos como Arabia Saudita o Kuwait y -¡vaya paradoja!- no somos nosotros los que exportamos la energía, sino los países que de nosotros importan.
Por ello, una política de Estado del Paraguay irrenunciable es que nuestro país sea el que se beneficie con los intercambios que se realizan en el Mercosur con nuestra propia electricidad. Es indignante que por una parte se nos prohíba exportar el principal servicio en el cual somos superavitarios -la electricidad- y los demás países intercambien libremente entre sí nuestra energía, en nuestras propias narices.
¿Por qué se permite semejante avasallamiento reiterado a nuestra soberanía? ¿Por qué estamos en un bloque comercial, el Mercosur, sin que podamos exportar libremente lo más importante que tenemos: la energía eléctrica? Es hora de que esta situación comience a cambiar, si es que queremos hablar de trato justo y equitativo en la región.