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La información, según la página de referencia, se basa en las declaraciones que hizo la última semana el ministro de energía de Bolivia, Rafael Alarcón.
La línea incluso ya tiene un nombre: Juana Azurduy de Padilla, una de las heroínas de las batallas por la independencia del Bolivia contra la dominación española.
ReporteEnergía explica igualmente que luego de “la obtención de licencias en el territorio nacional contrataron los materiales para emplazar el electroducto, “mientras que en el lado argentino aún se tramitan los permisos y se prevé que en dos meses también se inicie la construcción”.
“Ya tenemos contratados los materiales, las obras ya se iniciaron en territorio boliviano, en el lado argentino nos faltan las licencias”, explicaba el ministro Alarcón.
Partes del proyecto
La página digital agrega que el proyecto de referencia comprende una línea de transmisión internacional de 110 kilómetros, 40 de los cuales corresponden al territorio boliviano y 70 kilómetros al argentino.
Añade que la obra comenzará en la subestación Yagua Cua, Bolivia, y se prolongará hasta las inmediaciones de Tartagal, en Argentina.
Tartagal es una ciudad argentina, situada en el noreste de la provincia de Salta. Por su economía es la tercera ciudad en importancia de esta provincia.
Las líneas, según explica el material informativo, tendrán la capacidad de transportar 120 megavatios (MW), equivalente casi al 60% de la potencia del central hidroeléctrica del río Acaray, propiedad de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE).
Señala igualmente el colega que redactó la noticia, que la Empresa Nacional (boliviana) de Electricidad (ENDE) abrió ya oficinas en Argentina con el fin de realizar los trámites de interconexión eléctrica entre sus sistema el SADI (Sistema Argentino de Interconexión), que también es la que recibe la energía de la central hidroeléctrica paraguayo/argentina de Yacyretá.
El material adquiere cierta relevancia, porque implica para Bolivia un nuevo valor agregado al gas que vendía en estado natural en el mercado argentino. Desde finales del presente año, o principios de 2019, usará el gas para producir electricidad en su territorio y, por la línea Juana Azurduy, exportará al sistema interconectado argentino.
Nuestro país exportaba parte, le menos significativa de la producción de Acaray a la Argentina, pero “cede”, especialmente en los últimos meses, la mayor parte del 50% que le pertenece a Yacyretá a cambio de una compensación que llega a US$ 10/MWh.