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La escasa participación en el fomento de la economía es una crítica que habitualmente se hace al BNF, en tanto que su mayor apuesta se da en los créditos de consumo, donde tiene desembolsos acumulados de G. 1,190 billones, alrededor de US$ 212 millones, en préstamos personales para viviendas, tarjetas y otros, de acuerdo con los datos del boletín financiero del Banco Central.
Dicho segmento representa el 48% del saldo de créditos de la entidad, que a octubre último acumuló G. 2,481 billones, unos US$ 443 millones.
La evolución acelerada del consumo es uno de los puntos cuestionados reiterativamente en informes de evaluación al sistema financiero por parte de los técnicos del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según las evaluaciones de los organismos, la banca estatal debería reducir el nivel de consumo y priorizar a los sectores productivos.
El reporte del BCP indica que la banca estatal dedica al fomento de sectores productivos y la industria el 40% de su cartera. Es decir, los tres segmentos (agricultura, ganadería e industrias) suman en conjunto G. 995.204 millones (US$ 177 millones).
El Senado aprobó días atrás un proyecto de ley por el cual se pretende obligar al Estado a depositar en el BNF todos los fondos públicos destinados al pago de salarios y a otros gastos (cerca de US$ 700 millones), una vez que venzan los contratos con los bancos privados. Se teme que con la tendencia que acostumbra el BNF, estos fondos vayan nuevamente a financiar el consumo, y no al fomento de la economía.
Para el analista Stan Canova dicha intención atenta contra los principios de diversificación de riesgos. “No se pueden poner todos los huevos en una misma canasta”, más aún considerando los antecedentes y cuestionamientos a la gestión de la banca estatal hace unos años, acotó.
Ley de transparencia
Por su parte, el titular del BCP, Carlos Fernández, sugirió impulsar una ley de transparencia de los recursos públicos, que permita gestionar su colocación y uso a través de sistemas como las licitaciones. “No tenemos que irnos al extremo de abarrotar de liquidez a un banco que tiene ya suficiente. No sabemos si le va a ser beneficioso al banco ni para el resto de la economía”, dijo.