Biomasa ocupa el primer lugar en el ranking de consumo final de energía

La actual oferta energética en el país, según el Viceministerio de Minas y Energía, tiene esta composición: hidroenergía, 70,1% y biomasa, 29,1%; sin embargo, en la estructura del consumo final a la electricidad le corresponde solo el 18%, en tanto que a la biomasa el 40,6% del total.

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Al esquema de consumo final de energéticos en el 2016, el trabajo más actualizado del viceministerio en la materia, debe añadirse la porción relacionada con los derivados del petróleo: 41,4%, que sigue ocupando el segundo lugar del ranking de utilización de energéticos en la economía nacional.

Recordemos que hasta hoy el litro o kilo de gasoil, nafta, gas licuado de petróleo que demande la economía nacional es atendida mediante su importación de mercados extranjeros.

Tres años de crecimiento

Si cotejamos los datos aportados por el Balance Energético Nacional preparado por el Viceministerio de Minas y Energía (VMME), dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, de los últimos tres años, concluiremos que la utilización de derivados del petróleo crece.

En efecto, en 2014 el tamaño de la tajada de la torta que grafica el consumo final de energéticos en Paraguay era del 37,5%, 39% en 2015 y 41,4% el año pasado.

Esta tendencia alcista demuestra que la adopción de políticas energéticas más racionales, que busquen por ejemplo una mayor utilización de la abundante hidroenergía con que cuenta el país en Itaipú y Yacyretá y, por ende, la sustitución de la importación de los derivados del petróleo, es una simple expresión de deseos o un mero ejercicio retórico del Gobierno de turno, según señalan especialistas en la materia consultados por nuestro diario.

La opción que hizo el Ejecutivo por unidades movidas con gasoil en su proyecto Metrobús para Asunción, así como la de subsidiar a los empresarios privados del servicio público de pasajeros para que estos renueven su parque de gasoleros, son otras pruebas de que la tendencia demostrada por el VMME no se va a revertir, al menos en el corto y mediano plazo, añadieron nuestras fuentes.

Estancamiento

El VMME, desde una perspectiva más globalizante del comportamiento del sector, muestra un ritmo muchos menos optimista en cuanto al consumo de energía eléctrica en nuestro mercado.

Un nuevo examen de la estructura por energéticos del consumo final de Energía correspondientes a los ejercicios 2014, 2015 y 2016 revela que la demanda de este renglón se estancó e inclusive decreció.

La tajada que representa a la energía eléctrica en la torta del consumo final en 2014 fue del 18,5%; 18,4% en 2015 y 18% el año pasado.

Si concentramos nuestra atención sobre la porción atribuida a la biomasa (leña, carbón, alcohol, etc.) veremos que su aporte a la producción de energía sigue siendo muy importante.

En 2014 a la biomasa correspondió el 44,2% de la estructura de consumo final de energéticos, se redujo al 42,6% en el ejercicio 2015, mientras que el año pasado otro leve descenso redujo su participación al 40,6% del total, aún la más importante, pese al cambio climático.

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