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“¡Basta con la irresponsabilidad de los responsables!”, exclamó en su exposición y añadió que “en nuestras relaciones interpersonales, así como entre estados, debemos en cada acto afirmar nuestro compromiso con la patria, para asumir con responsabilidad nuestras obligaciones”.
Agregó que los compromisos asumidos en representación del país como estado “no son del país ni del estado solamente, sino son de cada uno de nosotros, de nuestros hijos y nietos”.
Con referencia a la situación que se presenta actualmente en Yacyretá, afirmó que “mientras las obligaciones los compromisos y las deudas, no sean ciertas, legítimas y de indubitable validez no pueden comprometernos a la necesidad de honrarlos, salvo por fuerza de la irresponsable asunción de ellos por parte de los ocasionales responsables”, insistió.
Argumentó que si se ha perdido la fe en la palabra y “hemos retirado nuestra adhesión a los valores y principios, tanto para administrarnos como para administrar los bienes materiales e intangibles, creo que sería imperdonable no recurrir a la inteligencia para el recto juzgamiento de las realidades humanas actuales”.
Apuntó finalmente que es imprescindible el sano uso del juicio crítico, “no podemos dejar de creer en nuestras capacidades, deberíamos poner a prueba nuestra capacidad de procesar las informaciones actuales y utilizarlas para resolver los problemas”, señaló al tiempo de advertir la necesidad de que las negociaciones sean encaradas por verdaderos patriotas.