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Varios aspectos deben tenerse en cuenta en las negociaciones con la multinacional de aluminio Rio Tinto Alcan (RTA), sostienen técnicos nacionales.
Dos de los principales son el medio ambiente y la tarifa eléctrica. Dependiendo del precio de la energía fijada, el país puede salir ganando. Sobre este punto insisten que las bases de las negociaciones debe ser una tarifa de US$ 53 el megavatio hora, el costo marginal de la energía que la ANDE estableció a fines del año pasado, mediante el apoyo técnico de la fundación argentina Bariloche.
De fijar una tarifa igual al costo, la ANDE, y por ende el país, no obtendrá ninguna ganancia, empatará. De establecerse un monto inferior saldrá perdiendo; pero si los negociaciones acuerdan una tarifa de US$ 60 por MWh, el país ya logrará obtener beneficios económicos, según los técnicos.
Los directivos de la multinacional habían dicho que un precio de US$ 60 MWh no sería negocio para ellos, mientras que los mismos representantes del Gobierno nacional, como el exministro de Industria, Francisco Rivas, decían que estaría bien una tarifa de US$ 45 MWh.
Es por ese motivo que los técnicos cuestionan la decisión de los negociadores paraguayos de dejar como último punto de la negociación la tarifa eléctrica.
El único objetivo de los representantes compatriotas debe ser sacar la máxima ventaja para el país, así como seguro pretenden los directivos de la multimillonaria industria, dicen.
Otro punto delicado es el medio ambiente. Alertan los ambientalistas sobre la contaminación que provocará la fabricación de 670.000 toneladas de aluminio al año. De acuerdo a los estudios la planta emitirá gases tóxicos como el dióxido de carbono (1,8 tonelada por cada tonelada de aluminio), dióxido de azufre (11 toneladas por día) y fluoruro de azufre. No se puede permitir la instalación de una industria sin tener en cuenta esta degradación ambiental.