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“La Unión Europea (UE) es el primer inversor en la región (de América Latina) y su segundo mayor socio comercial. El BEI lleva muchos años impulsando el desarrollo en América Latina, estamos preparados para seguir haciéndolo y tenemos la firme voluntad de que así sea”, argumentó Escolano, agregando que la prioridad del banco europeo es justamente convertirse en una de las instituciones financieras de referencia en la región. Fue poco antes del inicio de la reunión anual que el BID celebra en la capital paraguaya.
A pesar de que el BEI, con sede en Luxemburgo, sea, según reza su lema, “el banco de la UE”, un 10 % de sus acciones de apoyo y financiación se realizan fuera del territorio del bloque comunitario. “Uno de nuestros objetivos es incrementar la financiación que facilitamos en la región para pasar de 550 millones de euros anuales a 1.000 millones, continuando nuestro trabajo con otras instituciones financieras internacionales que operan en la región”, explicó el funcionario, responsable del BEI para Latinoamérica.
Hasta hace poco, recordó, la actividad del BEI fuera de la UE y en especial en América Latina se centraba en apoyar proyectos de transporte y energía, “pero cada vez más está facilitando financiación también para el sector público, y trabajando especialmente para luchar contra el cambio climático”.
En ese sentido, recordó que en 2016 el BEI realizó préstamos “que superaron los 500 millones de euros para diferentes proyectos. Y desde que comenzamos nuestra actividad aquí (en América Latina) en 1993, hemos facilitado 7.000 millones de euros de financiación para apoyar 100 proyectos de inversión”.
Escolano disipó cualquier duda sobre el compromiso del BEI con la región latinoamericana y vaticinó que la cooperación se intensificará. “La UE va a seguir apoyando a América Latina tanto como lo hemos hecho hasta ahora o incluso más”, apuntó.