Banco de Fomento se roba el dinero de sus ahorristas

El Banco Nacional de Fomento (BNF) roba a sus propios clientes. Falsifican las boletas de depósito y se quedan con una parte del dinero. Para colmo, si la víctima realiza una queja, amenazan con demandarla. Es el caso de la señora Graciela Silvera.

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El 1 de noviembre pasado, Graciela Silvera realizó un depósito en efectivo de 6.661.500 guaraníes en una de las sucursales del Banco Nacional de Fomento (BNF). Hizo el trámite y se quedó con el duplicado de la boleta de depósito número 418.987, con el correspondiente sello institucional de la entidad bancaria.

Apenas siete días después, Silvera solicitó su extracto de cuenta. Cuando revisó la columna de depósitos se llevó una desagradable sorpresa: sus 6.661.500 guaraníes depositados una semana atrás se habían convertido mágicamente en 6.000.000. Pensó que se encontraba ante un error en los registros y fue al banco a corregir los números.

El 8 de noviembre, a las 11 de la mañana, se presentó ante la sección cuenta corriente del banco para pedir explicaciones. La reacción de los funcionarios la dejó todavía más sorprendida. De mala manera le aseguraron que ella hizo el depósito que figuraba en el extracto, que necesariamente el error era suyo, ‘‘porque la computadora nunca se equivoca’’.

La cosa no terminó ahí. Le presentaron una fotocopia de la boleta de depósito con su nombre, supuesta firma (¡falsificada!), sello de la entidad, mismo número (418.987) y el registro de depósito por 6.000.000 de guaraníes.

Cuando Silvera (que no se recuperaba del espanto) mostró a los funcionarios el duplicado del certificado de depósito original, casi la tratan de estafadora.
En tono amenazador insinuaron que su documento era apócrifo y le advirtieron sobre lo peligroso que resultaría ese hecho para ella.
No le dieron siquiera el beneficio de la duda. Pasaron por alto la burda falsificación de la firma. Jamás se insinuó cuanto menos una revisión; ni hablar de sumarios o cosa parecida.

Un hecho llamativo (de los muchos que tiene el caso) es que ni la boleta original (a juzgar por la copia de Silvera), ni la copia apócrifa que exhibieron en el BNF tienen el registro de la imprenta que confecciona los boletines de depósito. Como si los papeles fueran empleados ex profeso con el fin de estafar a sus ahorristas.

La víctima de este caso explicó que acudirá a la justicia aunque se trata de una suma menor. ‘‘A cuántos les estarán haciendo lo mismo sin que nadie sepa nada’’, explicó.
Enlance copiado
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