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TACUARAS, Ñeembucú (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Las fumigaciones aéreas causan inquietud entre los habitantes de los humedales del Ñeembucú. Ellos manifestaron que el agua del lugar es de mejor calidad que el de los pozos artesianos, pero debido a la acción de los arroceros ya podría estar envenenada. “Con arroyos y esteros contaminados, qué será de nosotros y de nuestros animales, de nuestro medio de vida”, se preguntó María Isabel Rivarola, pobladora de Potrero González.
Los vecinos relataron que en los últimos días las fumigaciones aéreas se realizan dos veces al día y los agrotóxicos avanzan en las 20 lagunas que se interconectan entre sí y con los arroyos Yacaré y Yacaremí.
El intendente de Tacuaras, Lorenzo Irún (PLRA), deploró la actitud de las autoridades de la Secretaría del Ambiente (Seam), que otorgaron la licencia para operar a Amado González Barrios, imputado por la fiscala Claudia Alonso por supuestos delitos ambientales.
Tras la habilitación de la Secretaría del Ambiente en enero de 2014 y al terminar el fenómeno de lluvias continuas que afectó a la zona, las máquinas del referido empresario arrocero realizaron los trabajos de adecuación del terreno para la siembra. Los pobladores solicitaron la ayuda de las autoridades de la zona para evitar que desaparezcan los humedales del Ñeembucú.
Recientemente, el obispo Mario Melanio Medina y las organizaciones sociales del departamento habían denunciado la presión que ejercen los arroceros, que van ingresando a la zona de los grandes esteros con la venia de la Seam.
Los vecinos programan una reunión a la que fueron convocados integrantes de la Unión de Organizaciones y Ciudadanos (UOCÑ) y autoridades del distrito.
La expansión arrocera
El área de cultivo del arroz creció 200% en cinco años. De unas 50.000 hectáreas que se cultivaron en la campaña 2008/2009, la producción del cereal se extendió a 152.600 hectáreas en la presente temporada, según datos de Capeco-Imbio.
Recordemos que la Seam, con la Resolución N° 1097, de fecha 19 de agosto de 2014, suspendió por dos años la emisión de nuevas licencias para bombeo en la cuenca del río Tebicuary.
Esta medida es una prohibición para crear nuevos cultivos de arroz o ampliaciones en la cuenca del Tebicuary, pero permite en las áreas del río Paraguay.