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“Me parece que enviar la señal (de que se está) respetando la Ley de Responsabilidad Fiscal debería ser la dirección correcta. Por eso, al estar modificando las reglas del déficit se crean ciertos ruidos e incertidumbres y se envía una señal poco seria” sobre el manejo del tope fiscal, expresó el analista Amílcar Ferreira al opinar sobre la intención del Gobierno de elevar el tope del déficit, establecido en 1,5% del producto interno bruto (PIB), equivalentes a unos US$ 465 millones.
Según el profesional, con esta actitud, los administradores pueden tomar esta ley según la conveniencia. “Los años que nos convengan vamos a respetar y los que no, vamos a aumentar. La señal que se envía creo que no es la correcta”, resaltó Ferreira.
El analista sostuvo igualmente que el Gobierno no ha hecho grandes esfuerzos por ordenar el gasto corriente y que es justamente una materia pendiente para cumplir con el compromiso de la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Añadió en ese sentido que si no se ordena ese gasto corriente, seguramente es por el escenario electoral que se vive hoy, y entonces se plantea aumentar el déficit fiscal para financiar las obras, dado que las recaudaciones no tienen el comportamiento esperado.
El aumento del tope de déficit, según Hacienda, no implica un mayor gasto por encima de lo establecido en el plan financiero, sino mantener las inversiones que ya están financiadas y los niveles de gastos en áreas sensibles, como sectores sociales, salud, educación, subsidios, entre otros.
Analistas económicos y gremios empresariales coinciden en sugerir que el Gobierno recorte los gastos corrientes y los despilfarros para aumentar la ejecución de las inversiones y respetar el tope de déficit de la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Ferreira fue consultado sobre el tema tras presentar ayer una serie de análisis estadísticos sobre la evolución de la economía paraguaya en una actividad organizada por la firma Puente, para agentes inversores, en el Hotel Villa Morra Suite.