Cargando...
La Unión de Gremios se encuentra integrada por las Distribuidoras de Combustibles Asociadas del Paraguay (Dicapar), la Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicios y Afines (Apesa), la Cámara Paraguaya de Empresas Fraccionadoras del Gas Licuado de Petróleo (Capagas) y la Cámara de Distribuidoras Paraguayas de Combustibles (Cadipac).
Esas organizaciones cierran un año muy difícil, aseguran, porque muchas empresas pequeñas del sector se están cerrando ante la imposibilidad de seguir en el mercado por la competencia desleal que generan las medidas impuestas por el Gobierno, que privilegia a un competidor: Petropar, que no solo viola la ley sino que falsea sus números para subsidiar productos, que resulta desleal para los demás.
El vocero del gremio y gerente de Dicapar, Guillermo Parra, dijo que Petropar ni tres meses subsistirá en el mercado si no contara con los decretos que el Gobierno le concedió para obligar a los emblemas a comprarle tres combustibles clave del mercado. “Si las distribuidoras dejan de comprar lo que le obligan, de Petropar, vía decreto, el ente se hunde y cae por su propio peso”, indicó.
“Petropar decide quién importa y cuánto”
Como en todos los comunicados emitidos este año, el referido gremio reitera que el sector no está en contra de que la estatal compita en el mercado, sino que no sea un competidor privilegiado al que hay que comprarle por obligación y quien establece qué emblema puede importar combustibles y en qué volumen.
“Petropar es el que da el visto bueno al Ministerio de Industria y Comercio para que autorice o no las licencias previas de importación a las distribuidoras. Si compraron de Petropar el volumen que ellos quieren, así le autorizan, caso contrario no le permiten”, disparó.
Explicó que según estudios, la estatal miente en sus costos. Con el alcohol se demostró que subsidia, ya que hace figurar en su estructura solo entre G. 3.200 y G. 3.300 por litro cuando la zafra de su alcoholera de Troche arroja G. 4.700 por litro. Entonces trasladan la diferencia de G. 1.600 por litro a otro producto, como el gasoil, encareciéndolo en perjuicio de todos.