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La empresaria paraguaya del rubro de los domisanitarios lamentó que, mientras los productos argentinos similares pagando apenas 10% de IVA en nuestro país, y ningún otro trámite complicado, los exportadores paraguayos son obligados a abonar en la Argentina una serie de impuestos “internos”, arancel aduanero, y sufrir una interminable cantidad de obstáculos extraarancelarios.
Mencionó como ejemplo la Resolución General 3252, sobre “Declaración jurada anticipada de importación”, que no solo implica un complicado trámite burocrático, sino que, una vez iniciado, nadie sabe cuándo va a salir, y, generalmente, cuando la autoridad argentina competente se expide, el importador ya perdió el interés en la compra. Dijo que este trámite burocrático es una verdadera traba que frustra cualquier intento.
Cosp recordó también que las trabas hicieron que la empresa dejara de exportar al mercado argentino desde enero del presente año. En ese sentido, pide a las autoridades nacionales que exijan a sus pares de Argentina y Brasil una mayor reciprocidad comercial, dado que Paraguay sigue recibiendo productos de estos países sin plantearles ningún tipo de dificultades.
“Paraguay es el único socio del Mercosur fiel a las letras del Tratado de Asunción y de los demás acuerdos adicionales, pese a los perjuicios que sigue recibiendo de esta supuesta integración”, agregó la empresaria.
Dijo que, además de las barreras que ya tenemos que enfrentar hoy con nuestros “socios” –que no respetan nada del Tratado del Libre Comercio–, este sector industrial es obligado a pagar alrededor del 50% en impuestos internos en su mercado, como el IVA (23%), un supuesto “IVA adicional”, que puede variar entre el 10% y 20% sobre el valor de la mercadería exportada desde Paraguay.
“Además, siempre tropezamos con el tiempo que tarda el Ministerio de Salud de la Argentina en otorgar registros de productos o en renovar certificados que ya tenían registro”, se quejó.
Agregó que los productos argentinos y brasileños invaden nuestro “pequeño mercado”, pero los paraguayos no pueden ingresar a estos, o soportan altos costos financieros y gastos en tiempo, lo cual les resta competitividad. “Estas barreras cada día aumentan con la aplicación de más licencias a importaciones. Mientras tanto, no tenemos conocimiento de apoyo a esta lucha por parte de nuestras autoridades de Industria y Comercio y Relaciones Exteriores, que vienen siendo alertadas por las empresas paraguayas de estos incumplimientos del Tratado del Mercosur hace muchos años”, afirmó muy preocupada la empresaria.
Carmen Cosp recordó que el Artículo 2° del Tratado de Asunción, firmado en 1992 en nuestra capital, estipula que el Mercado Común “estará fundado en la reciprocidad” de derechos y obligaciones entre los Estados partes. Sin embargo, esto ha sido cumplido hasta ahora y a rajatabla solo por el Paraguay.