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-Existen razones de orden técnico, económico, estratégico, etc. Técnicamente, a modo de ejemplo, el proveedor entrega CIF, designa a su sola conveniencia el transportista y, si entrega a Petropar un producto fuera de especificaciones, resultará imposible rechazarlo. En caso de compra FOB, Petropar verifica la calidad antes de que salga del puerto de origen, decide quién va a transportar, su transportista le garantiza el cumplimiento de su contrato de transporte con pólizas de seguro millonarias en dólares que incluyen responsabilidad sobre la calidad del producto y, además, no existen casos de contaminación de productos en manos de los actuales transportistas.
Comercialmente, si Petropar negocia cada uno de los ítems de costo en forma independiente, obtendrá siempre un precio total menor que si los negocia como un paquete. No existe la posibilidad de que el vendedor asuma los riesgos de la operación de transporte y absorba los costos imprevistos (ese no es su negocio); por lo tanto, en el precio incluirá los costos de las probables mermas, de las eventuales sobreestadías de las embarcaciones, etc. (véase el caso IP/ULTRAPAR que incluía US$ 1,89 por m3 en concepto de compensación por mermas y faltantes en el transporte).
Además, a pesar de las mentiras que se dicen, Petropar paga solamente por el combustible que recibe en sus tanques, no por el que figura como entregado en origen. En el comercio internacional cualquier impuesto del país de destino de la mercadería corre por cuenta del comprador; por lo tanto, si se debiera, hipotéticamente, tributar sobre algunos componentes del precio CIF, el proveedor lo trasladará al precio.
Por otro lado, si, por cualquier motivo, el proveedor decidiera no entregar el producto, el desabastecimiento sería inmediato, no a 30 días de plazo como con el sistema FOB (véase la situación de INC que ha debido parar su producción varias veces en los últimos tiempos a causa de que sus proveedores no le entregaron el fueloíl a pesar de que el mismo estaba frente al muelle de Vallemí).
Estratégicamente, si Petropar compra CIF el país no manejará las reservas estratégicas de gasoíl, sino que el mismo estará en manos de multinacionales y empresas extranjeras, cuyo único interés es el lucro. No tendrá capacidad de respuesta ante las emergencias ni los bloqueos que los propios proveedores pueden realizar (véase como ejemplo las denuncias de chantaje del Dr. Zayas, las cuales si se hubiesen dado con compras CIF hubieran ocasionado un desabastecimiento inmediato, para la primera quincena de noviembre y no para diciembre).
-Se dice que a través de CIF el proveedor se encargará de los costos fundamentales de este negocio y que, al evitar el laberinto y la corrupción de las licitaciones, pueden hacer llegar más barato el producto.
-En el precio CIF el proveedor incluirá, como ocurre en cualquier parte del mundo y en cualquier tipo de negocio, todos los elementos de costo, inclusive las posibles mermas o faltantes. Es puerilmente elemental que un vendedor suma todos sus costos, le agrega un porcentaje para imponderables, a ello le suma su expectativa de ganancia y finalmente ese será el precio de venta.
No tiene ningún asidero sostener que porque sea CIF el vendedor olvidará trasladar al precio final los costos que asume con más una ganancia, con el agravante de que no solamente ganará sobre el producto que vende, sino también sobre los demás elementos que le obligan a incluir como parte de su riesgo.
Esto es así en un negocio normal, pero gracias a los terroristas de la política y a los intereses comerciales no declarados, cualquier proveedor de Petropar se verá obligado a agregar un valor que cubra la incertidumbre del desenlace final del negocio (está claro que Petropar es un cliente riesgoso para cualquier proveedor).
En cuanto a las licitaciones, la persona que ha leído la nueva Ley 2051 sabe que éstas no necesitan ser un laberinto y de hecho no lo son más allá de lo necesario. Lo que ocurre con las licitaciones de flete fluvial es que contienen un paquete de requisitos técnicos muy sofisticados a causa de la peligrosidad del producto que se maneja; y prueba de su eficiencia es que no han habido accidentes en toda la historia de Petropar, lo que significa que los requisitos técnicos han sido eficientes a la hora de establecer un margen importante de seguridad.
-¿Qué opina de la versión de que los administradores de Petropar y los armadores fluviales solo pretenden mantener un esquema de corrupción y enriquecimiento ilícito a través del sistema FOB?
-El sistema FOB es mucho más transparente que cualquier otro sistema. Todos los componentes del costo son públicamente conocidos, se sabe qué se paga por cada componente y ese valor siempre surge de comparaciones vía licitaciones individuales. En cambio, el sistema CIF es el que va a traer enriquecimiento ilícito y corrupción, dado que en el precio se esconden muy bien muchos elementos innecesarios que, si fueran negociados por separado, no se podrían ocultar (véase en la prensa el caso IP/ULTRAPAR).
Cuando Petropar contrata con los armadores paraguayos el transporte fluvial obtiene contratos leoninos (a favor de Petropar). Cuando lo contrate con multinacionales para quienes Petropar es un cliente minúsculo, no podrá imponerles las condiciones que quiera. Un ejemplo claro es que cuando Petropar recibe gasoíl de las compañías internacionales en el Río de la Plata, a estas sí les abona demoras por las operaciones de flete hasta Argentina, mientras que a los armadores paraguayos no nos paga ni un centavo en ese concepto.
-¿Es cierto que los proveedores de Petropar podrían contratar los servicios de los mismos armadores fluviales que siempre han hecho el trabajo con el cambio a CIF?
-Si Petropar compra CIF, los proveedores contratarán a armadores panameños (por ejemplo), ya que esa es la característica del CIF (el vendedor elige contratar a quien quiere). Por lo tanto, las empresas nacionales desaparecerán y los buques migrarán a países con "banderas de conveniencia", como la boliviana, que, con tal de que se inscriban y radiquen inversiones da todo tipo de facilidades y no exige nada a cambio, no obliga al armador a pagar impuestos por las actividades comerciales, no obliga a tomar personal de tierra y tripulaciones del país, etc.
Con relación a la sobrefacturación, el sector privado abona más por el flete que Petropar. La información que dice lo contrario es falsa o está malintencionadamente sacada de contexto. A igual producto Petropar abona menos flete, por lo que, lejos de obtener mejoras, obtendrán aumentos de precios. Cuando se sostiene lo contrario, en realidad se está mezclando el transporte de nafta con el gasoíl, que son bien diferentes.
-¿Qué puede pasar, eventualmente, en el caso de que se decida comprar CIF y no más FOB?
-Si hoy se decide comprar CIF y no FOB, Petropar estará incumpliendo los contratos que tiene con los armadores, pudiendo estos demandarle por ese hecho. El Dr. Zayas tenía la potestad de declarar desierta la licitación de fletes, pero ha firmado libremente los contratos con el aplauso de toda la opinión pública por haber logrado rebajas muy importantes en los fletes.
Lo que ocurrió es que, apenas unos días después de firmarlos, decidió volver a contratar la misma cosa con los proveedores de gasoíl comprando CIF. Esto no es legalmente posible. Reitero, si el Dr. Zayas no estaba conforme con los precios obtenidos o con el sistema de compra de productos podía declarar desierta la licitación y tendría, entonces, las manos libres para contratar CIF. Este tipo de acción de contratar dos veces la misma cosa solo cabe en la mente de alguien que no está en el control de todas sus capacidades mentales.
Por otro lado, el país perderá importantes ingresos por la actividad comercial de los armadores, ya que, al formar parte de una operación CIF, el flete pierde su origen paraguayo y no necesita tributar en el país. Esto es así a pesar de que, por intereses creados, algunos quieran hacer creer lo contrario.
-¿Qué harían con sus inversiones en el caso de que ya no hagan transporte de combustibles?
-El transporte de combustibles va a seguir, pero se perderán inversiones paraguayas genuinas, se perderá el trabajo para los tripulantes paraguayos y los impuestos para el fisco. Esto es lo que ocurrió en la Argentina en los últimos 15 años (ver artículo del diario La Capital), con lo cual sería el Paraguay el gran perdedor, porque, además de tener toda su importación de combustibles en bodegas que no son nacionales, dejará de percibir impuestos y aportes al sistema de previsión social, se generarán muchos nuevos desempleados, disminuirá el consumo generado por este importante renglón de la economía y se volverá a las épocas en las cuales el país dependía de embarcaciones extranjeras y pagaba precios de fletes muy superiores (en la época de Repsa el flete para los combustibles era de US$ 45 el metro cúbico, hoy es US$ 24).