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Los requerimientos y excepciones establecidos por la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) para la licitación de un hotel casino en el Alto Paraná parecen básicamente calcados del proyecto que una empresa del israelí Simón Falic y vinculada a Javier Zacarías Irún y Emilio “Tiky” Cubas Gusinky intentaba llevar adelante en la zona primaria de Ciudad del Este, donde pretendían apropiarse de tierras públicas para hacerse con millonarias ganancias.
Hace apenas un año, la empresa de los amigos y hombres cercanos del presidente de la República, Horacio Cartes, prometía una inversión de US$ 50 millones, con 250 habitaciones y 500 máquinas de juegos en el primer Hard Rock Hotel de Sudamérica.
Ahora, Conajzar redujo de US$ 150 millones de inversión mínima requerida en cualquier otro departamento para la explotación de un casino a solo US$ 50 millones para el caso del Alto Paraná. El documento exige en otro punto la presentación de permisos para operar bajo una marca internacional con presencia en al menos cinco países y que el hotel a construir tenga una calificación mínima de cuatro estrellas en un plazo de dos años y cuente con 150 habitaciones. Además, exigen que el casino cuente al menos con 400 máquinas de juegos.
Parece casi como si Conajzar hubiera utilizado de base el proyecto presentado por la firma LAGG PARAGUAY SA, del israelí Simón Falic, para establecer las bases y condiciones de la licitación.
Además de LAGG PARAGUAY, representada por Oscar Morel, supuesto testaferro de Javier Zacarías Irún; otra de las aspirantes es la empresa Casinos Paraguayos SA, que explota un casino en Encarnación.
Falic había sido traído como inversionista al Paraguay y presentado ante Horacio Cartes por su “hermano del alma”, el prófugo Darío Messer –procesado por lavado de dinero en Paraguay y Brasil– y el ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite Gusinky. Este último es primo hermano de “Tiky” Cubas Gusinky, vinculado a la empresa que busca conseguir la explotación del hotel casino en Ciudad del Este.
Todo en dos meses
La Conajzar estableció un plazo de apenas 60 días entre la publicación del llamado a licitación y la fecha de apertura de las ofertas. Un plazo bastante corto con respecto a lo que habitualmente duran estos procesos.
Es decir, en apenas dos meses quienes adquirieron el pliego de bases y condiciones y aspiran a pujar por el permiso deben conseguir un contrato con una marca internacional, escoger el predio donde realizará el proyecto, el operador con el que trabajará y una serie de elementos más.
Básicamente, quienes no hayan diagramado con anterioridad un proyecto pensado para esa zona y con esas características no podrían participar de la licitación. Un beneficio más que juega totalmente a favor de Falic, Cubas Gusinky y Morel Salomón.
Antes del cambio
La licitación será resuelta en los primeros días de julio, apenas un mes antes del fin del mandato presidencial de Horacio Cartes, amigo de algunos de los aspirantes.