ANDE opera a ciegas su sistema, advierten

El sistema de distribución de la ANDE funciona como si se tratara de un vehículo sin tablero, en el que no se sabe con exactitud en qué momento se le acabará el combustible, afirmó el Prof. Dr. Gerardo Blanco, investigador de la Universidad Nacional. Vaticinó que la solución no será fácil puesto que no es solo cuestión de recursos sino de mejorar la eficiencia.

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La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) opera su sistema “a ciegas”, pues se entera de que sus transformadores están fuera de servicio cuando los usuarios llaman a reclamar el corte de energía, señaló el Prof. Dr. Gerardo Blanco, quien conduce un equipo de investigación en sostenibilidad energética de la UNA.

En una entrevista concedida ayer al programa “No tiene nombre” que se emite por la AM 730, ABC Cardinal, declaró que el cuello de botella del sistema eléctrico nacional se encuentra en las redes de distribución, que son las líneas que operan en media tensión, es decir 23.000 voltios y distribuye la energía desde las subestaciones a los puntos de consumo. “Ese es el sistema con el que convivimos en las calles. Hoy ese sistema está siendo estresado en niveles significativos”, refirió.

Para Blanco, dadas las condiciones climáticas extremas que vivimos, el nivel de resiliencia del sistema de distribución es extremadamente bajo. “Resiliencia es la capacidad que tiene el sistema de recomponerse a un shock, cuestión que nosotros no tenemos. Por eso estamos vulnerables a los sucesivos cortes de energía”, señaló el especialista.

En cuanto al sistema de transmisión, si bien las deficiencias fueron salvadas a partir de la entrada en servicio de la línea de 500 kV desde Itaipú, quedan aún numerosas vulnerabilidades en cuanto a seguridad y continuidad de servicio porque se opera con dos sistemas aislados puesto que la central hidroeléctrica de Itaipú no está interconectada con la de Yacyretá. Agregó que esta situación conlleva a que estemos en condiciones de perder un elemento en nuestro sistema de transmisión. “O sea, que gran porción de nuestra demanda quede desabastecida”, explicó.

Apuntó que la generación de energía se produce a 400 kilómetros de distancia, lo cual supone la necesidad de tener un sistema de transmisión robusto que permita transmitir esa energía, insistió el investigador.

Es un problema de gestión

Si bien considera que la ANDE tiene que ser fortalecida e insuflada de un nivel corporativo empresarial, el Prof. Dr. Gerardo Blanco sostiene que de nada va a servir darle más recursos si no mejora sus niveles de eficiencia en la gestión. Recordó que el último plan maestro de la ANDE estimaba un nivel de US$ 7.000 millones por 10 años lo que implica una ejecución anual de US$ 700 millones.

“Lo preocupante es que actualmente, los niveles de ejecución de la ANDE son significativamente inferiores a este monto”, indicó el especialista.

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