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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de la corresponsalía regional). Los analistas de Dende, que es una asociación civil fundada en 2004 con la idea de convertirse en el principal centro de pensamiento y acción en temas de políticas públicas que ayuden al país a acelerar su ritmo de crecimiento y desarrollo, describió anoche en la capital del Itapúa la posición que actualmente ocupa Paraguay desde el punto de vista económico y político, tanto a nivel regional como mundial, a partir de las nuevas realidades internacionales, convulsionadas principalmente por la asunción al poder de Donald Trump en Estados Unidos, con restricciones a los inmigrantes internamente y su retiro del acuerdo de París sobre cuestiones medioambientales.
Este tema fue expuesto por Alberto Acosta Garbarino, quien describió un “mundo VICA”, por volátil, incierto, complejo y ambiguo, según explicó, donde EE.UU. sigue siendo la potencia hegemónica y China, una potencia desafiante. Habló también de la crisis en Brasil y la situación de Argentina, y de Paraguay dijo que tiene un bono demográfico valioso en su juventud, aunque amenazada hoy por las drogas.
A su turno, la analista Estela Ruiz Díaz habló de los actuales movimientos preelectorales partidarios, principalmente en el partido de Gobierno, la ANR, sin olvidarse de la narcopolítica y sus graves implicancias.
En el cierre de la presentación habló el exministro de Hacienda César Barreto, quien se encargó de dar los datos macroeconómicos del país, justamente desde la perspectiva de una “economía en tiempos electorales y post boom de commodities”, destacando que ciertamente hay un aumento de las importaciones y las exportaciones (estas cayeron en volumen, pero tiene precios mejores, explicó), aunque observa que hay una crisis de financiación y, por otro lado, ve al “electoralismo” de hoy como un peligro real para la economía nacional.
Habló también del presupuesto, cuya aprobación es “precaria” y genera riesgos a los que quieren aplicar medidas más institucionales en ese campo. Mencionó además un aumento de la pobreza y del desempleo, y se mostró desconfiado de un probable crecimiento de 4% en el PIB, pues no impacta en la gente más pobre.