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El vicario de la basílica de Itatí, padre Pánfilo Ortega, había reconocido que Cadenini “debió ser trasladado a otra comunidad porque estaba siendo perseguido por los narcos”, señala Clarín ya cuando se dio el traslado del sacerdote Cadenini, en principio se quiso hacer creer que fue una movida de rutina.
“Lo quisieron atropellar más de una vez en la ruta porque el padre hablaba de ellos y les hacía frente desde el altar. Acá o estás de acuerdo con ellos o te despachan. No es novedad lo que pasa acá, todos lo saben y nadie dice nada por miedo”, apuntó el vicario Ortega.
También en la nota, el vicario señaló que el padre Cadenini estuvo al frente de la basílica desde enero de 2016, desde entonces se hicieron las denuncias y comenzaron las amenazas, pero todo cambió, para peor, cuando la dupla Natividad Terán-Fabio Aquino, ganó la intendencia de Itatí, ahí se hizo insostenible la presencia del cura en la ciudad y se buscó su traslado.
“Cuando ganaron las elecciones, ganaron los narcotraficantes, decían en el pueblo”, apuntó el vicario Pánfilo Ortega.
Fue entonces que se decidió enviar a Cadenini a Paraguay, donde se encuentra desde diciembre el año pasado, resguardado de los tentáculos de la mafia del narcotráfico.
En la nota también se habla que atendiendo a que el padre Gustavo Omar Cadenini, es miembro de la congregación de Don Orione, que está a cargo de la basílica, se lo envió al Cotolengo que tienen en Paraguay, para salvaguardar su vida que corría peligro en Itatí.
Sin embargo, las denuncias que realizó el sacerdote en Itatí, tuvieron eco en las autoridades que lograron detener a los sindicados como cabecillas de una red de tráfico de marihuana a gran escala que salía de Paraguay rumbo a esa ciudad y que contaba con el encubrimiento del poder político.