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La cementera estatal destinará cerca de US$ 50 millones para adecuar el horno de clínker, ubicado en la planta de Vallemí (Concepción), de modo que, además de fueloil, pueda quemar combustibles sólidos, como carbón vegetal, mineral y coque de petróleo, principalmente este último. Al respecto, el titular de la Cámara de Biocombustible señaló que el emprendimiento ni siquiera tiene una evaluación de impacto ambiental.
“Están invirtiendo en un nuevo quemador que básicamente usaría coque, un subproducto de la industria de refinación del petróleo, pero con un contenido de hasta 5% de azufre, que serían 50.000 partes por millón (ppm), lo cual generaría una contaminación nunca antes vista en la zona de la utilización de dicho combustible (Vallemí)”, resaltó.
Explicó que a nivel local no existe una norma de contenido de azufre del coque, pero para tener una referencia sobre la magnitud de esos 50.000 ppm, mencionó que en otros combustibles, como el biodiésel, se permite hasta 1.500 ppm (1,5%). “El sulfúrico tiene un problema serio, y es que al quemarse el azufre en la cámara de combustión genera un producto intermedio que se llama anhídrido sulfuroso SO2, y con el agua del ambiente crea el ácido sulfúrico, que generan las lluvias ácidas, realmente terribles”, señaló.
Añadió que el producto de referencia contiene metales pesados como cromo y vanadio, que son altamente dañinos y que, en el caso de los biocombustibles, absolutamente no están permitidos. “Los organismos encargados de la parte ambiental debieron exigir la evaluación de impacto ambiental, como corresponde, y prever un equipo de lavado de gases, llamado “Kruger”, que sería imprescindible para usar el coque. Pero esas máquinas tienen precios muy altos no previstos ahora en el presupuesto de INC”, señaló.
Reiteró que “van a crear un desastre ambiental con los contaminantes que se generarían” y, en contrapartida, el biocombustible es de producción nacional, mucho más económico y no daña el ambiente.
Destacó que lo sorprendente es el precio que están pagando ahora en INC. Según los datos, actualmente están usando un fueloil que ronda los G. 6.000 por litro, “que es carísimo”. El gasoil, que es de mejor calidad, está por los G. 5.000.
“Da a suponer que el fueloil que usan viene con cuestiones, gente que está lucrando desmedidamente en el proceso, por lo cual en forma antinacional y antieconómica para la INC se rehúsan al producto de origen local. Llama la atención que le aprobaron un altísimo presupuesto para un proyecto que sigue generando muchas dudas, sobre todo en la parte ambiental, y a nosotros absolutamente nos deja de lado”, aseveró.
El coque “se usa mundialmente”
Por su parte, el presidente de INC, Jorge Méndez, negó que exista negativa de su administración de probar el biocombustible. “Nosotros nos habremos reunido unas 15 veces con la gente de la Cámara de Biocombustibles. Les planteamos hacer pruebas, pero no se puede quemar en el mismo quemador actual, porque puede trancar las cañerías. Entonces les pedimos que instalen cañerías paralelas, pero ellos no están dispuestos a realizar esa inversión, y nosotros no podemos hacerlo por toda la burocracia que implica una inversión estatal”, señaló.
Sobre la denuncia de “desastre ambiental”, indicó que “el coque de petróleo se usa mundialmente. Por ejemplo, ANCAP de Uruguay cambió recientemente su tipo de combustible y lo hicieron a coque. Brasil y Argentina lo usan. “En cuanto a polución, hay formas de mitigar; si no, no lo estarían usando mundialmente. Hay que ver de qué fuente vienen los datos que ellos manejan (en la Cámara de Biocombustibles). En nuestro proyecto, el cumplimiento de todas las leyes ambientales está garantizado”, aseguró.
Respecto al estudio de impacto ambiental, Méndez reconoció que INC tiene permiso solo para fueloil, “pero tendrán todas las licencias para el coque, ya que se hace la verificación al terminar el proyecto”, adelantó.
Capacidad de provisión
Según la Cámara de Biocombustibles, en administraciones anteriores de la cementera se estuvo utilizando el biofuel, en la época en que se proveía a través de Petropar. Supuestamente no hubo quejas de los técnicos sobre la calidad. En cuanto a la capacidad local de provisión de este tipo de combustible, estiman que inmediatamente podrán proveer el 10% de lo que requiere INC y hasta 20% con un poco de esfuerzo. No obstante, si hay demanda, habrá mayor oferta, lo que implicaría generación de fuentes de empleo.