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“Será una nueva entrega de la soberanía energética si se aprueba este proyecto de ley que solo favorecerá a empresarios argentinos”, opinó ayer Guillermo Parra, gerente de las Distribuidoras de Combustibles del Paraguay (Dicapar).
El proyecto obligará a mezclar 15% del biodiésel con el gasoil, mientras en ningún país de la región, según la fuente, la aleación supera el 10% hasta ahora.
Parra explicó que el mayor problema es el atentado a la libre competencia. “El proyecto considera solo al Metil Ester de Ácido Graso, que es el biodiésel tradicional, que se produce en Paraguay y Argentina a partir de la soja. Este producto está a 5.800 guaraníes el litro en planta, no sustentable y con problemas técnicos en su mezcla y manipuleo. Además, no es 100% renovable porque se usa para su producción Metanol, que es derivado de petróleo e importado en Paraguay”, explicó Parra.
Mencionó además la inversión extranjera, específicamente de la firma ECB Group, de unos US$ 800 millones, en una planta de biodiésel en el país, que con la norma quedará excluida.
El diputado Carlos Núñez Salinas, uno de los proyectistas junto a Arnaldo Samaniego, aseguró ayer a nuestro diario que están “trabajando en la modificación del proyecto para que beneficie a todos”.
Desde fines del año pasado, los diputados colorados cartistas vienen incluyendo en el orden del día de las sesiones para analizar la nueva norma. Mañana será la cuarta vez que intentarán aprobar, pero con cambios, según Núñez.
Todos los gremios del sector agrícola, combustible, importadora de autos y maquinarias, Petropar, hasta el Ministerio de Industria y Comercio, rechazan el proyecto y hasta la propia Cámara de Biodiésel (Biocave) se opone al proyecto de ley porque ya existe una norma y, encima, perjudicará al mercado, a las empresas y a los usuarios. Hablan de daños a los motores de los vehículos. La Ley 2748/05 de “Fomento al Biocombustible” establece la mezcla gradual de hasta el 20% del biodiésel con el gasoíl. Desde enero aumentó al 2%.
Argentinos, los más favorecidos
Los empresarios consideran que el proyecto de ley es solamente para beneficiar a empresas argentinas, que se quedaron sin el mercado europeo luego de ser pillados haciendo dumpling. Con esta medida, se quedaron con demasiada producción que necesitan exportar a otros mercados y estarían presionando a nuestro país para sancionar una ley a la medida de sus necesidades. Por eso, el proyecto se limita al biodiésel de soja.
Recién en enero último, unas ocho firmas del país vecino volvieron a exportar biodiésel a Europa.