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Alderete ya declaró a nuestro diario recientemente que la binacional, a través de sus organismos competentes, sus directores, debe buscar una salida a los inconvenientes que vienen generándose en su ámbito en relación con el llamado efectuado recientemente en Asunción para la construcción de la central hidroeléctrica en el brazo Aña Cua.
El ministro, en declaraciones a Radio Primero de Marzo, dijo que está siguiendo de cerca el tema y recalcó que la alta cúpula de la binacional debe resolver o analizar el problema.
Un técnico en represas hidroeléctricas requerido por ABC Color había criticado a la EBY por empecinarse en llevar adelante obras que "no están contempladas en el tratado" y que, incluso, según argumentó, no producirían ganancias a la represa, sino una sustancial reducción en su capacidad de generación que llegaría al orden de los 650 megavatios.
Por su lado, Yacyretá fundamentó que el emprendimiento tiene como objetivo el aprovechamiento del llamado caudal ecológico, de 1.500 metros cúbicos por segundo, que como mínimo suelta de manera continua a través del vertedero de ese brazo del río Paraná. Aduce que ese caudal no aprovechado representa el 10% del total de energía generable por Yacyretá.
Menciona inmediatamente que las tres turbinas que serán instaladas en ese brazo del río Paraná producirán en forma conjunta un total de 300 megavatios y que la energía a ser generada es de unos 2.000 millones de kilovatios/hora por año, lo que representaría ingresos de unos 60 millones de dólares anuales.
EL PADRE DE LA CRIATURA
El punto más cuestionado de esta licitación constituye que Yacyretá, por reglamentación interna, declaró de su interés la propuesta de iniciativa privada presentada el 12 de febrero de 1999 y confirmada el 5 de agosto de 2005 por la empresa Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima, Industrial, Comercial y Financiera (IMPSA), y ha sido calificado ese grupo como "iniciador privado" del nuevo proyecto de aprovechamiento energético.
Al incluirlo dentro de esa figura al grupo empresarial mendocino, la EBY le otorgó beneficios que contemplan el 8% de preferencia en las ofertas y nada menos que el 4% de regalías, en caso de no ser adjudicada en las obras. Eso representa unos US$ 16 millones por "derechos intelectuales del proyecto", según lo había declarado el mismo director paraguayo de Yacyretá Ing. Angel María Recalde.
Sin embargo, sectores de la construcción alertaron que la idea original ni siquiera pertenece a Pescarmona, ya que los estudios iniciales fueron desarrollados por el grupo Consultores Internacionales de Yacyretá (CIDY), aprobado por el ente binacional y por el cual la EBY realizó el pago correspondiente.
Esa denuncia fue demostrada incluso con documentos internos de la entidad.
Nuestras fuentes destacan también que la "licitación a la medida de Pescarmona" es prueba de los fuertes lazos que unen esa empresa con personeros de las altas partes contratantes (gobiernos), firma que igualmente considerada como financista de campañas políticas en Argentina, una "inversión" que luego recupera con adjudicaciones graciosas en ese país.
La participación de Pescarmona en la licitación convocada por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) para la repotenciación de los grupos generadores 3 y 4 de la hidroeléctrica del Acaray tuvo su cuota de cuestionamientos por parte de uno de los oferentes, ya que estuvo a punto de ser adjudicada con los trabajos pese a haber presentado una de las propuestas más elevadas.
El ministro, en declaraciones a Radio Primero de Marzo, dijo que está siguiendo de cerca el tema y recalcó que la alta cúpula de la binacional debe resolver o analizar el problema.
Un técnico en represas hidroeléctricas requerido por ABC Color había criticado a la EBY por empecinarse en llevar adelante obras que "no están contempladas en el tratado" y que, incluso, según argumentó, no producirían ganancias a la represa, sino una sustancial reducción en su capacidad de generación que llegaría al orden de los 650 megavatios.
Por su lado, Yacyretá fundamentó que el emprendimiento tiene como objetivo el aprovechamiento del llamado caudal ecológico, de 1.500 metros cúbicos por segundo, que como mínimo suelta de manera continua a través del vertedero de ese brazo del río Paraná. Aduce que ese caudal no aprovechado representa el 10% del total de energía generable por Yacyretá.
Menciona inmediatamente que las tres turbinas que serán instaladas en ese brazo del río Paraná producirán en forma conjunta un total de 300 megavatios y que la energía a ser generada es de unos 2.000 millones de kilovatios/hora por año, lo que representaría ingresos de unos 60 millones de dólares anuales.
EL PADRE DE LA CRIATURA
El punto más cuestionado de esta licitación constituye que Yacyretá, por reglamentación interna, declaró de su interés la propuesta de iniciativa privada presentada el 12 de febrero de 1999 y confirmada el 5 de agosto de 2005 por la empresa Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima, Industrial, Comercial y Financiera (IMPSA), y ha sido calificado ese grupo como "iniciador privado" del nuevo proyecto de aprovechamiento energético.
Al incluirlo dentro de esa figura al grupo empresarial mendocino, la EBY le otorgó beneficios que contemplan el 8% de preferencia en las ofertas y nada menos que el 4% de regalías, en caso de no ser adjudicada en las obras. Eso representa unos US$ 16 millones por "derechos intelectuales del proyecto", según lo había declarado el mismo director paraguayo de Yacyretá Ing. Angel María Recalde.
Sin embargo, sectores de la construcción alertaron que la idea original ni siquiera pertenece a Pescarmona, ya que los estudios iniciales fueron desarrollados por el grupo Consultores Internacionales de Yacyretá (CIDY), aprobado por el ente binacional y por el cual la EBY realizó el pago correspondiente.
Esa denuncia fue demostrada incluso con documentos internos de la entidad.
Nuestras fuentes destacan también que la "licitación a la medida de Pescarmona" es prueba de los fuertes lazos que unen esa empresa con personeros de las altas partes contratantes (gobiernos), firma que igualmente considerada como financista de campañas políticas en Argentina, una "inversión" que luego recupera con adjudicaciones graciosas en ese país.
La participación de Pescarmona en la licitación convocada por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) para la repotenciación de los grupos generadores 3 y 4 de la hidroeléctrica del Acaray tuvo su cuota de cuestionamientos por parte de uno de los oferentes, ya que estuvo a punto de ser adjudicada con los trabajos pese a haber presentado una de las propuestas más elevadas.