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Así dijo ayer a nuestro diario el jefe de los guardias de Capasa, Francisco Martínez. “Se tomó esta medida porque el viernes pasado encontramos algunos destrozos dentro de la institución. Puertas rotas. Acá se fabrican productos de consumo y se tiene que cuidar la higiene, desde la producción, embotellado, recepción y distribución”, expresó, agregando que a las 16:00, hora de salida, los funcionarios son sometidos a un estricto control de sus pertenencias al retirarse. Algunos funcionarios pillados in fraganti están bajo sumario actualmente, según Martínez.
En Capasa, cuyas acciones pertenecen al Estado, trabajan unas 170 personas, entre técnicos, operarios y administrativos. La fábrica está ubicada en el casco histórico de Asunción, sobre la calle Garibaldi.