ALCA, riesgos y beneficios para los países del Mercosur

Las repercusiones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) serán distintas sobre cada uno de los países del Mercosur porque son diferentes las magnitudes, pero fundamentalmente el ALCA representa el interés de los EE.UU., de establecer relaciones con el Mercosur, y la concreción del proyecto implica riesgos y oportunidades para cada uno de los países que lo integran, aseveró un experto en el tema.

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Se trata de Fernando Lorenzo, director del Centro de Investigación Económica del Uruguay, entidad que es miembro de la Red de Investigación Económica del Mercosur, quien vino a nuestro país invitado por el Centro de Análisis y Discusión de la Economía Paraguaya (CADEP), también miembro de la mencionada Red.

El Centro de Investigación Económica del Uruguay realizó un estudio financiado por la Fundación Tinker de los Estados Unidos de América sobre el impacto de la creación del ALCA sobre los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, más Chile y Bolivia).

La primera conclusión a la que llegó el estudio, dijo Fernando Lorenzo, es que los efectos benéficos o perjudiciales que el ALCA pudiera tener, afectan de manera muy distinta a cada uno de los países. “Cuando miramos al Mercosur, lo peor que podemos hacer es mirarlo como si fuéramos cuatro países iguales. Las repercusiones del ALCA sobre cada uno de estos países son distintas porque la magnitud, la importancia de los efectos son diferentes, y porque la distribución interna de los beneficios o de los costos en cada país es diferente”.

Señaló que para países pequeños -Uruguay y Paraguay-, la creación del ALCA tiene un componente de oportunidad, en la medida que nos permite abrir mercados importantes, en especial el mercado de Norteamérica y de Estados Unidos en particular, para productos de exportación cuyo ingreso tiene trabas, y particularmente los productos agrícolas.

Pero al mismo tiempo también existe una amenaza. Por la existencia del Mercosur, Paraguay y Uruguay disponen de preferencias frente a otros países para exportar a Brasil y Argentina; fundamentalmente a Brasil. La existencia del arancel externo común permite que nosotros exportemos a Brasil en condiciones más favorables que otros socios.

Pero cuando se firme el ALCA va a haber libre comercio entre todos los países de América, será mucho libre o poco libre comercio, pero habrá más libre comercio que ahora, y eso implica que los países se van a comprometer a dejar libre acceso a su mercado a los otros socios continentales, a cambio de que los otros hagan lo mismo.

Si el ALCA se creara, ese acceso preferencial que tienen Paraguay y Uruguay al mercado brasileño a través del Mercosur se erosionaría, esa preferencia dejaríamos de disponerla en exclusividad y pasaríamos a compartirla con terceros. Entonces, el ALCA abre un conjunto de oportunidades ciertas, indudables, pero al mismo tiempo genera para los países pequeños, una pérdida de preferencias en el mercado brasileño, y ese efecto es particularmente importante para los países pequeños, afirmó Lorenzo.

La contrapartida es que Paraguay va a poder, probablemente, abriendo mercados en Estados Unidos a partir del ALCA, redireccionar exportaciones y exportar mejor a los países de América del Norte.
“Este es el corazón del dilema para los países pequeños: que al mismo tiempo hay para ganar y hay amenazas”.

En el fondo, el ALCA es una relacion bilateral EE.UU.-MERCOSUR

Lorenzo remarcó que el ALCA parece una operación complejísima, en la que intervienen 34 países, con negociaciones donde se entrecruzan innumerables intereses, “pero si uno lo mira detenidamente, el ALCA, en el fondo de la cuestión, es una negociación bilateral entre Estados Unidos y el Mercosur.

Mercosur tiene acuerdos con Bolivia, Chile, un acuerdo encaminado con México, tiene un acuerdo con la Comunidad Andina de Naciones. En materia de relaciones continentales, sólo le falta esencialmente la relación con los Estados Unidos.

Estados Unidos, por su parte, tiene un acuerdo cerrado en el NAFTA con Canadá y México, tiene un acuerdo de libre comercio con Chile, tiene relaciones privilegiadas con Colombia y con Centroamérica. Para completar su mapa de relaciones continentales sólo le falta el Mercosur, “y quien dice Mercosur dice Brasil. Seamos precisos, no nos engañemos. El eje central de las negociaciones es Mercosur-Estados Unidos, no en vano el comité negociador en la etapa final de las reuniones del ALCA está encabezado por Estados Unidos y Brasil”.

El otro componente: seguridad para EE.UU

Ante la consulta si el interés de los EE.UU. se limita sólo a lo comercial con el proyecto del ALCA, o existen otros motivos tanto o más importantes que lo comercial, Lorenzo respondió que hay otras tres líneas que están en el centro de la preocupación de Estados Unidos. “Obviamente toda su política exterior está enmarcada en su política de seguridad, por tanto, este proyecto debe entenderse como que la cooperación con los países del área le da mayor seguridad”.

“La segunda área fundamental tiene que ver con inversiones. No se trata de exportar solamente, sino también de encontrar para las empresas norteamericanas mejores condiciones de acceso e instalación en los mercados de Sudamérica, y mejora de acceso a los países del Mercosur, muy especialmente en Brasil”.

“La tercera es que Estados Unidos quiere a través del ALCA quedar en una situación privilegiada respecto de la Unión Europea. Recordemos que el Mercosur tiene una negociación en curso también con la UE que se está llevando prácticamente en paralelo, y que en el correr de este año, y más probablemente durante el mes de octubre, esa negociación cristalice o finalice.

Entonces, alguien puede decir que no le gusta el ‘mapa de intereses de Estados Unidos’; no le gustará, pero esas son las razones por las que encara este proceso”.

Un ALCA “light” y la cuestión agrícola

También resaltó el experto, que las negociaciones en el ALCA son de tal complejidad, que se ha redireccionado la concreción hacia aquellos acuerdos a los que razonablemente se puede llegar, es decir, concretar un ALCA más suave, más liviano, menos amplio de lo que originalmente se pensó hacer.

Por ejemplo, difícilmente el ALCA pueda llegar a implicar un desbaratamiento de la política proteccionista en materia agrícola en Estados Unidos, porque mientras no progrese la negociación a nivel multilateral en la Organización Mundial del Comercio (OMC), mientras que el tema agrícola esté congelado allí, es muy difícil que avancen de manera sustantiva las mejoras de acceso en materia de negociaciones con Estados Unidos o en el ALCA.

La razón fundamental es que esa política está sustentada sobre lo que se llaman apoyos internos y subsidios a la exportación, y estos apoyos en Estados Unidos no los van a poder desmantelar en la relación bilateral con nosotros y mantenerlos con todo el resto del mundo.

Intereses poderosos en Estados Unidos

“El problema más grave está en que hay intereses poderosos en Estados Unidos en contra de la liberalización de todo esto. Uno de los resultados que encontramos en el estudio, que a mí me parece de particular importancia, es que nuestras mejores oportunidades en el mercado norteamericano coinciden con el corazón de la política proteccionista de los Estados Unidos”.

¿Entonces es inviable el ALCA?, es nuestra pregunta obligada. A lo que Lorenzo respondió: “Lo que es poco viable es un ALCA amplio, aunque va a haber una liberalización continental, pero va a ser de escasa magnitud, limitada, porque los principales capítulos de intereses que nos ofrecen oportunidades a nosotros no pueden progresar mucho, y como contrapartida, también otorguemos poco”.
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