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Es intolerable que en el Paraguay la población rural tenga que sufrir de hambre y desnutrición, teniendo en cuenta la abundancia y fertilidad de las tierras, los bosques, el agua y la escasa población con relación a la superficie del país.
La solución es una agricultura sostenible; alternativa al actual modelo vigente, que puede reconvertir a la agricultura en una actividad rentable para el agricultor y sostenible en lo económico, social, cultural y ambiental. La reactivación de la agricultura dinamizará la economía, descomprimirá los conflictos sociales y contribuirá a disminuir la criminalidad en las ciudades, al detener la migración campo-ciudad.
POBLACION EN EXTREMA POBREZA Y QUE SUFRE DE HAMBRE
Entre 1999 y 2004, la pobreza extrema se incrementó de 15,5 a 17,1% de la población. El 22,8% de la población rural se encuentra en esta situación. Pobres extremos son aquellos cuyos ingresos son inferiores al costo de la canasta básica de alimentos, y que sufren de hambre y desnutrición por la ingesta insuficiente de alimentos.
La extrema pobreza en el área rural se agrava porque el ingreso promedio de los pobres cubre sólo el 58,3% del costo de la canasta básica de consumo, es decir, que consume sólo la mitad de los alimentos que necesita el organismo.
PRINCIPALES CAUSAS
Entre las principales causas podemos citar:
La larga crisis económica, la disminución de los ingresos y el desempleo en el sector urbano, pero que tiene su repercusión en la economía rural; un sistema de mala distribución de la tierra, privando de la misma a gran parte del campesinado, para quien la tierra es una necesidad vital para su subsistencia y alimentación; un modelo de agricultura basado en el monocultivo, el rozado, la quema y el uso descontrolado de agrotóxicos, entre otros.
Este modelo de agricultura vació de alimentos la chacra campesina, perdiendo esta su tradicional cultura del autoabastecimiento, pasando a comprar todo del mercado.
Devastó los bosques, envenenó las aguas y destruyó la fertilidad del suelo arruinando su productividad.
Además de las causas internas citadas, también están las de orden externo como el pago de la deuda externa y de condiciones desventajosas en las relaciones comerciales internacionales.
LA ALIMENTACION ES UN DERECHO HUMANO Y UNA OBLIGACION DEL ESTADO
El derecho a la alimentación adecuada es un derecho humano fundamental reconocido por los tratados internacionales de las NN.UU., que obliga al Gobierno paraguayo su cumplimiento; y en el 2002 la Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución que reafirma que el hambre es un ultraje y una violación de la dignidad humana, señalando a los Estados que adopten medidas urgentes para su eliminación.
MEDIDAS NECESARIAS PARA SU DISMINUCION Y ELIMINACION
Las condiciones necesarias y medidas que debe adoptar el Gobierno son de corto, mediano y largo plazos.
Las de largo plazo son de carácter macroeconómico y estructural entre las que se encuentran:
-Una estabilidad macroeconómica, un crecimiento económico incluyente y la reducción de las desigualdades sociales, que pueden permitir a la población pobre adquirir capacidades para superar la pobreza con sus propios esfuerzos.
-Mejorar la educación y la salud, especialmente de niños y niñas en extrema pobreza, y el fomento de las inversiones y la participación ciudadana.
Sin embargo, las citadas precedentemente deben ir acompañadas de la adopción de programas especiales de corto y mediano plazos, siendo los más importantes:
-En el sector rural, implementar una agresiva campaña de cultivo de alimentos en las chacras campesinas, diversificando la producción y la cría de animales domésticos, acompañada de una capacitación sobre los componentes nutricionales.
-La implementación de plaguicidas naturales en lugar de los agrotóxicos.
-Apoyar y promover el procesamiento de la materia prima a través de agroindustrias familiares, asociativas o mixtas para la producción de alimentos para el consumo y la venta.
-Dar acceso a la tierra a los agricultores que no la tienen o la tienen en forma insuficiente, junto con planes de capacitación en la recuperación, manejo y conservación de los recursos naturales.
-El Gobierno debe abstenerse de realizar actos u omisiones que restrinjan o impidan a los agricultores el acceso a los alimentos como los desalojos forzosos.
Cuando estos desalojos sean inevitables por razones legales, debe proveer a los desahuciados otras tierras donde cultivar sus alimentos.
-Garantizar la participación de las organizaciones campesinas en dichos planes y las ONG y entidades de desarrollo que trabajan en el desarrollo rural.
-Fortalecer la capacidad administrativa, gerencial y competitiva del agricultor para una producción y comercialización más justa, apoyándolas en la búsqueda de mercados.
Estos programas deben ir acompañados de la reasignación del presupuesto hacia la inversión en el sector rural, educación y salud, mejorando la transparencia en la ejecución del gasto social, con participación de la ciudadanía que vigile el cumplimiento de los objetivos.
EL MODELO BASADO SOLO SOBRE EL ALGODON YA NO FUNCIONA
El nuevo plan agrícola del Gobierno (que no tiene nada de nuevo), de reactivación de la agricultura familiar sobre la base del algodón como principal rubro de cultivo, de nuevo responde a un modelo que ya no funciona, pues su precio depende de mercados internacionales, obliga al monocultivo y el sistema de cultivo degrada la fertilidad del suelo.
Este modelo agrícola es la principal causa del hambre y de la emigración del campo a la ciudad, que a la vez es la causa del aumento de la criminalidad y la inseguridad.
EL DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE ES LA SOLUCION
Las medidas propuestas para disminuir y eliminar el hambre en el campo se insertan en lo que se llama el desarrollo rural sostenible, un modelo de desarrollo rural que en varios departamentos del país ya ha demostrado su éxito y eficiencia, mejorando las condiciones de vida, practicado por comunidades campesinas y acompañadas de una red de ONG y la Pastoral Social.
Implica la promoción de la agricultura familiar campesina y comunitaria como modelo de desarrollo integral permanente y sostenido en lo social, económico, productivo, cultural, ciudadano y político. Busca la construcción de relaciones iguales entre mujeres y hombres, tanto en la participación política como en el acceso a los recursos productivos.
GRAVITACION DE LA PEQUEÑA AGRICULTURA
La agricultura familiar campesina involucra a no menos de 280.000 unidades productivas, de las aproximadamente 300.000 unidades agropecuarias, cuyo tamaño oscila entre la pequeña parcela menor a cinco hectáreas, y superficies que superan ligeramente las diez, constituyendo un sector de importancia socioeconómica clave en el ámbito de la ruralidad paraguaya.
LA AGRICULTURA FAMILIAR CAMPESINA ANTE UNA PRUEBA DE SUPERVIVENCIA
La agricultura familiar campesina, con su innegable y vigorosa gravitación como singularidad sociocultural, debe hoy superar la difícil prueba de supervivencia, testimoniando que es una alternativa absolutamente válida e inexcusable para el desarrollo, en un país de vocación agraria, con la mitad de su población asentada en el medio rural, resistiendo a presiones externas e internas de desarraigo.
EL DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE NO ES INCOMPATIBLE CON EL DESARROLLO INDUSTRIAL
No preferimos una economía rural al desarrollo industrial, porque no son incompatibles, sino por el contrario, el desarrollo rural forma parte del proceso de formación y desarrollo industrial, en cuanto el crecimiento de este último vaya absorbiendo las formaciones económicas agrarias.
Se trata de que en la búsqueda del camino que nos puede conducir hacia el desarrollo industrial, el único recurso que tiene el país son sus enormes y abundantes recursos y medios de producción como la tierra, el agua y los escasos bosques que pueden dar trabajo, vivienda, alimentar a la mitad de su población y dinamizar la economía nacional.
La solución es una agricultura sostenible; alternativa al actual modelo vigente, que puede reconvertir a la agricultura en una actividad rentable para el agricultor y sostenible en lo económico, social, cultural y ambiental. La reactivación de la agricultura dinamizará la economía, descomprimirá los conflictos sociales y contribuirá a disminuir la criminalidad en las ciudades, al detener la migración campo-ciudad.
POBLACION EN EXTREMA POBREZA Y QUE SUFRE DE HAMBRE
Entre 1999 y 2004, la pobreza extrema se incrementó de 15,5 a 17,1% de la población. El 22,8% de la población rural se encuentra en esta situación. Pobres extremos son aquellos cuyos ingresos son inferiores al costo de la canasta básica de alimentos, y que sufren de hambre y desnutrición por la ingesta insuficiente de alimentos.
La extrema pobreza en el área rural se agrava porque el ingreso promedio de los pobres cubre sólo el 58,3% del costo de la canasta básica de consumo, es decir, que consume sólo la mitad de los alimentos que necesita el organismo.
PRINCIPALES CAUSAS
Entre las principales causas podemos citar:
La larga crisis económica, la disminución de los ingresos y el desempleo en el sector urbano, pero que tiene su repercusión en la economía rural; un sistema de mala distribución de la tierra, privando de la misma a gran parte del campesinado, para quien la tierra es una necesidad vital para su subsistencia y alimentación; un modelo de agricultura basado en el monocultivo, el rozado, la quema y el uso descontrolado de agrotóxicos, entre otros.
Este modelo de agricultura vació de alimentos la chacra campesina, perdiendo esta su tradicional cultura del autoabastecimiento, pasando a comprar todo del mercado.
Devastó los bosques, envenenó las aguas y destruyó la fertilidad del suelo arruinando su productividad.
Además de las causas internas citadas, también están las de orden externo como el pago de la deuda externa y de condiciones desventajosas en las relaciones comerciales internacionales.
LA ALIMENTACION ES UN DERECHO HUMANO Y UNA OBLIGACION DEL ESTADO
El derecho a la alimentación adecuada es un derecho humano fundamental reconocido por los tratados internacionales de las NN.UU., que obliga al Gobierno paraguayo su cumplimiento; y en el 2002 la Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución que reafirma que el hambre es un ultraje y una violación de la dignidad humana, señalando a los Estados que adopten medidas urgentes para su eliminación.
MEDIDAS NECESARIAS PARA SU DISMINUCION Y ELIMINACION
Las condiciones necesarias y medidas que debe adoptar el Gobierno son de corto, mediano y largo plazos.
Las de largo plazo son de carácter macroeconómico y estructural entre las que se encuentran:
-Una estabilidad macroeconómica, un crecimiento económico incluyente y la reducción de las desigualdades sociales, que pueden permitir a la población pobre adquirir capacidades para superar la pobreza con sus propios esfuerzos.
-Mejorar la educación y la salud, especialmente de niños y niñas en extrema pobreza, y el fomento de las inversiones y la participación ciudadana.
Sin embargo, las citadas precedentemente deben ir acompañadas de la adopción de programas especiales de corto y mediano plazos, siendo los más importantes:
-En el sector rural, implementar una agresiva campaña de cultivo de alimentos en las chacras campesinas, diversificando la producción y la cría de animales domésticos, acompañada de una capacitación sobre los componentes nutricionales.
-La implementación de plaguicidas naturales en lugar de los agrotóxicos.
-Apoyar y promover el procesamiento de la materia prima a través de agroindustrias familiares, asociativas o mixtas para la producción de alimentos para el consumo y la venta.
-Dar acceso a la tierra a los agricultores que no la tienen o la tienen en forma insuficiente, junto con planes de capacitación en la recuperación, manejo y conservación de los recursos naturales.
-El Gobierno debe abstenerse de realizar actos u omisiones que restrinjan o impidan a los agricultores el acceso a los alimentos como los desalojos forzosos.
Cuando estos desalojos sean inevitables por razones legales, debe proveer a los desahuciados otras tierras donde cultivar sus alimentos.
-Garantizar la participación de las organizaciones campesinas en dichos planes y las ONG y entidades de desarrollo que trabajan en el desarrollo rural.
-Fortalecer la capacidad administrativa, gerencial y competitiva del agricultor para una producción y comercialización más justa, apoyándolas en la búsqueda de mercados.
Estos programas deben ir acompañados de la reasignación del presupuesto hacia la inversión en el sector rural, educación y salud, mejorando la transparencia en la ejecución del gasto social, con participación de la ciudadanía que vigile el cumplimiento de los objetivos.
EL MODELO BASADO SOLO SOBRE EL ALGODON YA NO FUNCIONA
El nuevo plan agrícola del Gobierno (que no tiene nada de nuevo), de reactivación de la agricultura familiar sobre la base del algodón como principal rubro de cultivo, de nuevo responde a un modelo que ya no funciona, pues su precio depende de mercados internacionales, obliga al monocultivo y el sistema de cultivo degrada la fertilidad del suelo.
Este modelo agrícola es la principal causa del hambre y de la emigración del campo a la ciudad, que a la vez es la causa del aumento de la criminalidad y la inseguridad.
EL DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE ES LA SOLUCION
Las medidas propuestas para disminuir y eliminar el hambre en el campo se insertan en lo que se llama el desarrollo rural sostenible, un modelo de desarrollo rural que en varios departamentos del país ya ha demostrado su éxito y eficiencia, mejorando las condiciones de vida, practicado por comunidades campesinas y acompañadas de una red de ONG y la Pastoral Social.
Implica la promoción de la agricultura familiar campesina y comunitaria como modelo de desarrollo integral permanente y sostenido en lo social, económico, productivo, cultural, ciudadano y político. Busca la construcción de relaciones iguales entre mujeres y hombres, tanto en la participación política como en el acceso a los recursos productivos.
GRAVITACION DE LA PEQUEÑA AGRICULTURA
La agricultura familiar campesina involucra a no menos de 280.000 unidades productivas, de las aproximadamente 300.000 unidades agropecuarias, cuyo tamaño oscila entre la pequeña parcela menor a cinco hectáreas, y superficies que superan ligeramente las diez, constituyendo un sector de importancia socioeconómica clave en el ámbito de la ruralidad paraguaya.
LA AGRICULTURA FAMILIAR CAMPESINA ANTE UNA PRUEBA DE SUPERVIVENCIA
La agricultura familiar campesina, con su innegable y vigorosa gravitación como singularidad sociocultural, debe hoy superar la difícil prueba de supervivencia, testimoniando que es una alternativa absolutamente válida e inexcusable para el desarrollo, en un país de vocación agraria, con la mitad de su población asentada en el medio rural, resistiendo a presiones externas e internas de desarraigo.
EL DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE NO ES INCOMPATIBLE CON EL DESARROLLO INDUSTRIAL
No preferimos una economía rural al desarrollo industrial, porque no son incompatibles, sino por el contrario, el desarrollo rural forma parte del proceso de formación y desarrollo industrial, en cuanto el crecimiento de este último vaya absorbiendo las formaciones económicas agrarias.
Se trata de que en la búsqueda del camino que nos puede conducir hacia el desarrollo industrial, el único recurso que tiene el país son sus enormes y abundantes recursos y medios de producción como la tierra, el agua y los escasos bosques que pueden dar trabajo, vivienda, alimentar a la mitad de su población y dinamizar la economía nacional.