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Gamarra asegura que la situación presentada en la Aduana de Iquique obedeció de hecho a un pedido que hicieron desde Agetrapar, ya que venían exigiendo desde hace tiempo que se formalice la situación en la zona. “Pedidos la intervención por los Empresarios y las Transportadoras que desean trabajar en la formalidad, pero que estaban imposibilitados por avivados tramitadores que estaban acaparando todo y cobran sumas siderales teniendo como excusa el pago de coimas”, asegura Gamarra.
El titular de Agetrapar agrega que el pago de coimas que se instaló casi como una ley en la Aduana paraguaya de Iquique –que varía de 120 a 150 dólares para liberar un camión– hacía que los empresarios de transporte que deseaban una tramitación formal no tengan cabida, sino no formaban parte de lo que llama “la rosca” de los tramitadores.
Gamarra menciona además que es imposible pensar en que la Aduana paraguaya en Iquique cierre. De última, se mudaría a Antofagasta, lo que finalmente perjudicaría a los empresarios y camioneros paraguayos que todos los días deben estar tramitando documentos y llevando mercaderías de la zona franca, que está ubicado justamente en la ciudad de Iquique. Antofagasta está a unos 500 kilómetros de esta ciudad.