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Uno de los representantes de la empresa CDD Construcciones, integrante junto a la firma Benito Roggio e Hijos SA del Consorcio D-R, Reinaldo Delgado, señaló mediante dos correos electrónicos que los trabajos de ampliación de la Ruta III “General Aquino”, en el tramo Mariano Roque Alonso-Limpio, se realizaron en tiempo récord para agilizar el tráfico en la zona.
El empresario, tratanto de minimizar la desprolijidad de los trabajos y la nula seguridad para los automovilistas y peatones en la nueva ruta, aseguró que la obra está habilitada pero todavía falta concluirla. Delgado afirmó que “no sabemos transmitir optimismo en el trabajo que debemos hacer los paraguayos para mejorar las infraestructuras de nuestro país”.
Añadió que la habilitación actual del trayecto fue al simple hecho de agilizar el tráfico que era un caos. Sin embargo, no explicó por qué se realizó sin tener en cuenta a los peatones y obviando señalizaciones adecuadas para la obra.
En otro momento, Delgado afirmó que si hubo atraso en la obra se debió a que algunos propietarios no colaboraron en liberar la franja de dominio, “no han colaborado para agilizar la construcción”, señaló.
Dijo que existieron “otros vecinos que sí creen en el país y apuestan a esta República y han liberado la franja y permitido que las máquinas entren y hagan la obra”. Pero en ningún momento mencionó que la ampliación empezó luego de dos meses de la firma de la orden de inicio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
Además, en el tramo principal gran parte de la franja de dominio del MOPC estaba liberada y los errores en el diseño hicieron que existieran cambios en el trazado original.
Escupir en el plato
Reinaldo Delgado indicó que “si en este país no ponemos un grano de arena cada uno y tratamos de escupir en los platos de los demás no haremos el país mejor que debemos hacer”.
Invitó a no ser pesimistas y “mucho menos tratar de no valorar lo realizado por su empresa”.
Empastado
El empresario afirmó que la obra no está concluida. Pero actualmente el único trabajo que se realiza es el empastado en el paseo central sobre el viejo asfaltado –ya en desuso–.
En casi todo el trayecto “habilitado” por la contratista no hay señalización ni iluminación, convirtiendo actualmente al tramo rutero en un peligro, tanto para los automovilistas como para peatones.
Incluso en varios sectores, principalmente en el acceso al centro urbano limpeño, los trabajos son lamentables.
En ese sector, la duplicación de la ruta termina en una especie de “embudo” para los vehículos, y los automovilistas deben recurrir a arriesgadas maniobras para esquivar los baches. Además, en gran parte de la franja de dominio del MOPC en esa zona se hizo un terraplenado (que ya está con pozos) y, según algunos frentistas, los trabajos debían extenderse otros 200 metros.
El contrato incluía la ampliación, circunvalación de Limpio, y mejoramiento del centro urbano limpeño.
Aumento en el tope
El contrato original para la ampliación de la Ruta III fue firmado el 24 de octubre de 2014 por G. 182.999 millones. La orden de inicio fue dada el 5 enero de 2015, con un plazo de 26 meses, pero las tareas se iniciaron con dos meses de atraso por errores de diseño. El consorcio Oting, del ingeniero Julio Álvarez, que diseñó también la criticada Avenida “Ñu Guasu”, tuvo a su cargo ese mismo trabajo en la Ruta III.
El monto sufrió un incremento de G. 36.567 millones, cifra que representa un aumento del 19,9%, casi el tope del 20% permitido por la Ley de Contrataciones Públicas. El precio final quedó en G. 219.566 millones.
juan.jara@abc.com.py