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–¿Desplazará la máquina al ser humano en un futuro cercano en algunas funciones esenciales?
–Vinod Khosla, fundador de Sun Microsystems, dijo ante un auditorio lleno de médicos y profesionales de la salud que más del 80% de los médicos serán reemplazados por máquinas en el futuro. Estas máquinas serán más baratas, eficientes y cometerán menos errores que los humanos, ya que utilizarán amplísimas fuentes de datos para tomar sus decisiones.
–Eso parece de ciencia ficción.
–Sí, pero es una realidad ya existente. De hecho, Google exhibió hace poco un automóvil que no necesita de un chofer para movilizarse por la ciudad. Esta tecnología optimizará el flujo del tránsito, reducirá considerablemente las posibilidades de accidentes y abaratará costos de una manera drástica. Eso sí, dejará sin empleo a millones de choferes en el mundo.
–Hay muchos puestos de trabajo en peligro, entonces.
–Haciendo una lista rápida: choferes, escribanos, contadores, mozos, cajeros, repartidores, guías turísticos e inclusive empleados públicos son los profesionales más expuestos a quedarse sin empleos en un futuro verdaderamente cercano. Los autos que se manejan solos, los drones repartidores y las decenas de aplicaciones para smartphones de guías turísticas con realidad aumentada son algunas de las tecnologías ya disponibles y en breve serán parte de nuestra cotidianidad.
Mano de obra joven
–Ante esto, una ventaja comparativa nacional que se expone siempre para “vender” nuestro país en el exterior es la existencia de una gran cantidad de mano de obra joven.
–Se suele decir que la mayor riqueza de nuestro país son sus jóvenes y que existen muchas empresas multinacionales interesadas en su “mano de obra barata”. Ahora la pregunta es: ¿más barata de qué?
¿Que una computadora capaz de realizar miles de cálculos en cuestión de segundos? ¿Que un robot capaz de ensamblar piezas de varias toneladas en minutos y con precisión quirúrgica, de manera ininterrumpida?
–¿Y qué pasará con esa mano de obra joven?
–La mano de obra joven se ha vuelto un commodity (un producto de escaso valor agregado y, al igual que la soja, la carne y el algodón, esta debe pasar por un “proceso de industrialización” para adquirir valor agregado. Así, los trabajadores evolucionarán de baratos “de cuello azul” a mandos medios calificados y más, cosa de la que lamentablemente todavía carece nuestro país.
–¿Qué responsabilidad le compete al Estado paraguayo en este asunto?
–Este problema no es algo nuevo. Ya en los 60, John F. Kennedy había creado la Comisión Nacional sobre Automatización para iniciar un diálogo nacional sobre el futuro de la economía. Esto todavía no es una prioridad en la agenda política de nuestro país.
–Entonces, ¿por dónde pasa la solución?
–Por un cambio de paradigma, provocado precisamente por las capacidades que ofrece la tecnología en todos los aspectos de nuestras vidas. La última década ha visto el crecimiento más rápido de la productividad desde la década de 1960, pero los salarios promedio y el empleo se estancaron, dejando a millones de personas en peor situación relativa. Esto presenta una paradoja: si la tecnología y la productividad se mejoran tanto, ¿por qué millones de personas en el mundo desarrollado se quedan atrás? Cada vez se crea más abundancia, pero menos gente puede acceder a ella.