“A los argentinos nunca les interesó arreglar la deuda”

El exdirector de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) afirma que en varias ocasiones se integraron comisiones para buscar una solución, pero no se llegó a nada. Sugirió una planificación estratégica para negociar y advirtió que los funcionarios argentinos están acostumbrados a “puentear” a las autoridades en las relaciones bilaterales para obtener lo que se proponen.

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En diciembre del año 2011 asumió la dirección de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) el Lic. Enrique Cáceres Rojas, quien hasta ese entonces se desempeñaba como su director administrativo. Su gestión terminó abruptamente cuando fue destituido por Federico Franco, pocos días antes de entregar el mandato en agosto de 2013. Luego de varios meses de silencio accedió a opinar sobre la revisión del Anexo C del Tratado de Yacyretá, cuyo vencimiento se cumple el jueves 27 del presente mes.

–¿Cuál es su expectativa con miras a las negociaciones?

–Para mí en Yacyretá no podemos hablar solamente de la deuda, sino de una solución en general, que incluya también la tarifa de la energía y otros aspectos. Desde mi punto de vista, el tema se está tratando de manera muy dispersa. Demasiada gente está metiendo su cuña –con el respeto que me merecen todos los que opinaron hasta ahora– y estas son cosas que deben manejarse como lo hacen en la Argentina. Es como un partido de fútbol, si vamos a jugar contra la Selección Argentina para clasificar al Mundial, debemos poner en la cancha a los mejores jugadores y bien seleccionados. Es lo mismo, aquí debemos seleccionar a los mejores hombres y mujeres que tengan el perfil negociador, que tengan firmeza y que los argentinos sepan que no están tratando con cualquier persona, sino con un conocedor. En otras palabras, lo que quiero decir es que no se puede improvisar en esta negociación.

–¿Cuál sería la posición más adecuada en su opinión?

–Si uno analiza todo lo publicado hasta ahora sobre el tema, nos encontramos con posiciones que van de un extremo a otro y nos estamos tiroteando entre paraguayos; mientras nuestros vecinos nos están mirando al otro lado del río, con los brazos cruzados y sabiendo exactamente lo que van a hacer.

–¿Cómo debería encarar el Gobierno las negociaciones?

–Esa pregunta puedo responderla en mi calidad de docente de las ciencias administrativas. La planificación estratégica implica llegar a concebir una visión de futuro, definir dónde se quiere llegar en Yacyretá de aquí en adelante y una misión que tiene que ver con lo filosófico, con lo que queremos para el país, es decir, los principios básicos que nos mueven. En planificación estratégica, una cuestión básica es que podemos comentar qué queremos lograr como país para todos los paraguayos y a la vez, podemos decir cuál es la filosofía que nos mueve –la soberanía, el patriotismo, etc.–, pero no podemos decir el cómo. ¿Alguien escuchó acaso cuál es la estrategia argentina en este tema, sea la presidenta Cristina Fernández, el ministro De Vido o el director Ejecutivo, Óscar Thomas? La misión y visión, que sean públicos, que se conozcan, que lo sepan los compradores del mercado energético y los propios argentinos, que sepan qué es lo que quiere el Paraguay, pero no el cómo lo va a lograr, porque o sino les estamos dando herramientas.

–Cuando estaba en el cargo se hablaba de desendeudar la entidad. ¿Por qué no se avanzó?

–En todo ese tiempo se habrán formado como 20 equipos para revisar las cuentas, pero la verdad es que a los argentinos nunca les interesó solucionar la deuda. En mi caso yo estuve seis meses bajo el gobierno del presidente Lugo y después cambió totalmente la relación. Teníamos un presidente como Federico Franco que se quedó en el tiempo, vivía en 1870 y estaba permanentemente en una posición de enfrentamiento con los argentinos. Pero eso era solo en los discursos, porque a mí me exigía que Yacyretá le entregue recursos para los programas sociales; no había coherencia. Recuerdo que una vez vino Óscar Thomas a Asunción y pidió ir a saludar al presidente Franco, cuando lo llevé al Palacio de López le recibe con un pedido de un millón de dólares para programas de salud y lucha contra el dengue. Puede ser muy loable y todo el pedido, pero no correspondía si unos días antes dijo que les iba a cortar la luz.

–Por lo que dice, ¿es difícil un arreglo a la deuda...?

–No. Se habla de un monto de 18.000 millones; pero, en primer lugar, hay que definir la famosa disyuntiva que para los argentinos es préstamo y para los paraguayos, aporte. Para mí son aportes y, por consiguiente, no hay ninguna quita que hacer. Es suficiente un asiento contable con el que se debe cancelar esa deuda. Si nosotros tenemos una sociedad es suficiente ponernos de acuerdo entre las Altas Partes a través de las cancillerías y ordenar una conciliación de cuentas. Sin embargo, si vamos con una posición de choque vamos a fallar. Es necesario llegar a un acuerdo.

–¿Cómo ve el manejo que se está haciendo desde la Cancillería en este tema?

–Para mí se tienen que seguir los canales correspondientes y en ese sentido, debo decir que la Cancillería es la que debe liderar las negociaciones. Hay que tener cuidado porque los argentinos son muy hábiles y están acostumbrados a “puentear” a las autoridades. Si no tenemos unidad en los criterios a negociar, eso puede debilitarnos y será aprovechado por los argentinos. Son peligrosas las negociaciones paralelas y en eso tenemos experiencias muy negativas en el pasado.

–Algunos sostienen que se va a dirimir en instancias judiciales. ¿Qué opina al respecto?

–En mi opinión no debemos llevar estas discusiones al terreno jurídico, porque al final los únicos que se benefician con esto son los abogados y se va a dilatar un posible acuerdo. Por eso, lo ideal es no llegar a instancias jurídicas. Además hay otro detalle importante que debemos tener en cuenta y es la situación política que vive la Argentina en este momento. Al gobierno de Cristina Fernández le queda poco más de un año y tenemos que comenzar a entablar conversaciones con los actores políticos del poskirchnerismo, que son los que van a llevar adelante los posibles acuerdos a los que se lleguen. También hay que tener en cuenta la interna muy fuerte dentro del kirchnerismo. Hay que reconocer que al equipo de Julio De Vido se le quitó “la caja” y pasó al equipo de La Cámpora, quienes comandan el Banco Central Argentino y fueron ellos los que comenzaron a retacearnos la entrega de divisas cuando se inició la crisis financiera.

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