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En entrevista con este diario, el viceministro de Transporte, Agustín Encina, recordó que en junio de 2013 había 450 buses dentro del rango de 0-6 años (nuevos y seminuevos), 365 buses de 7-13 años de antigüedad y 1.415 buses de entre 14 y 20 años. “Estábamos hablando prácticamente de que dos tercios de la flota total del sistema de transporte público se encontraba con una antigüedad de 14 a 20 años”, señaló el funcionario.
Con el plan de renovación de flota, hoy tenemos 805 buses con un promedio de 0-6 años; aumentó también la cantidad de buses de 7-13 años a 593 unidades y solamente quedaron 555 buses en el rango de 14-20 años. “Estamos hablando de 900 buses menos de los que antes se consideraba chatarra, hoy tenemos 555. Lo cual es muy alentador”, argumentó.
La cantidad de buses inclusivos también aumentó, en este caso de 23 a 325, que prestan servicios en 32 líneas diferentes. En este ámbito siguen habiendo quejas de que las puertas para personas con discapacidad se encuentran siempre cerradas.
Preguntado al respecto, el viceministro señaló que eso es solo por “falta de conocimiento de cómo se manejan esos buses”. “Hay buses que vienen con las puertas automatizadas y otros que no, con elevadores y otros con rampas. En todos los casos, esté o no automatizada la puerta, el chofer es el que tiene que ayudar a subir a la persona con discapacidad. Que la puerta esté cerrada no significa que no se usa. La puerta está cerrada para que los otros pasajeros no ingresen ni bajen por esa puerta. Es un sistema de seguridad”, argumentó.
Lo que hasta el momento no se ha logrado, según los datos oficiales, es tener indemnización cero en el sector de transporte. Si bien anteriormente se pagaba de US$ 20 millones a 24 millones al año en subsidio al pasaje, hoy es aún importante, de US$ 7 millones.