A cambio de “caramelitos”, Argentina hizo un buen negocio en EBY, afirman

Para los argentinos, el acuerdo de Yacyretá constituye un buen negocio, al asegurarse toda la energía posible a cambio de un pequeño incremento en la compensación por la cesión, señala el ingeniero Ernesto Samaniego, técnico del sector eléctrico y exgerente de Planificación de ANDE.

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Así como el “arreglo” de la deuda de Itaipú que se hizo en 1997 resultó un gran negocio energético y financiero para el Brasil y la empresa estatal Eletrobrás, también lo es el “acuerdo” que se está llevando a cabo en Yacyretá, sostuvo el ingeniero Ernesto Samaniego, quien también se desempeñó como consejero de esta binacional.

“Obviamente, no faltaron los “caramelitos” engañabobos para “endulzar” a la opinión pública. En el caso de Itaipú, fue la denominada “energía de transición” (3.500 GWh), sin costo para cada uno de los países; y ahora, en Yacyretá, es el pequeño aumento del pago por la cesión de energía”, indicó el especialista.

Cuestionó, igualmente, el hecho de que, prácticamente, Paraguay renuncie a comercializar sus excedentes energéticos para continuar con la “cesión de energía”, que si bien tendrá un pequeño incremento del 20%, no es comparable con la ganancia que se obtendría si es que la comercializa en el propio mercado argentino.

“Tomando los datos publicados últimamente por los medios, ya que no se tiene información exacta como para hacer un análisis real, en la situación actual se recibiría por la cesión alrededor de US$ 70 millones; en cambio, si se comercializara el excedente energético paraguayo, aunque fuera en el mercado argentino, se estaría recibiendo alrededor US$ 170 millones, con una diferencia aproximada de US$ 100 millones”, destacó.

Agregó que también es un excelente negocio financiero para los argentinos. “No se sabe si es para Ebisa (la empresa distribuidora) o Cammesa (la compañía administradora del mercado mayorista), dado que nada se sabe sobre la formalización (contratos) de la comercialización, ya que con la ganancia de la venta de la energía al mercado argentino dispondrían de recursos –alrededor de US$ 330 millones anuales– para financiar las nuevas obras; las cuales posiblemente constituirían nuevos aportes que, tarde o temprano, deberán ser restituidos”, advirtió.

Por otra parte, en el “acuerdo” nada se dice con respecto a la formalización de la comercialización de la producción de la entidad (incluidos los Servicios Complementarios), ya que hasta ahora no existen contratos de compra venta, insistió.

Con respecto a la Compensación por Territorio Inundado, Samaniego indicó que parecería que se la tomó como una variable de ajuste para el cálculo tarifario, puesto que, en un inicio, para Paraguay la inversión inmovilizada se estimaba en US$ 7.000 millones, según el Preacuerdo de 2006, que se estableció según lo calculado por la consultora Harza Lahmeyer en US$ 4.856.540.839; ahora, en 2017, se establece en US$ 1.175.724.102, con lo cual también disminuye considerablemente el beneficio para Paraguay, finalizó.

Uruguay vende cada vez más

Mientras Paraguay prefiere seguir siendo espectador y “ceder” su energía, Uruguay continuará exportando a Brasil por la conversora de Rivera, y eventualmente por Melo, y ofertarán a Argentina los excedentes que los brasileños no tomen. Así lo indica una información del diario El Observador de Montevideo sobre el “buen ritmo” de las exportaciones de energía hacia los mercados señalados.

Agrega que la prioridad en cuanto al envío sigue teniéndola el sistema brasileño, ya que está dispuesto a pagar un mejor precio por la energía uruguaya, es decir, unos US$ 79 por MWh. A ese valor hay que sumarle los peajes y las comisiones.

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