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A pesar de que no se ejecutó aún la totalidad del préstamo de emergencia por US$ 1.600 millones, el Gobierno ya plantea una nueva deuda para un país con una economía fuertemente golpeada por el confinamiento social por la pandemia del coronavirus.
El plan pospandemia prevé la ejecución de programas por US$ 2.513,6 millones en el transcurso de este segundo semestre del año, gran parte se financiará con préstamos ya disponibles de organismos financieros internacionales; a lo que se sumará un nuevo crédito o emisión de bonos por US$ 350 millones, para completar las inversiones a ser desplegadas para dinamizar la economía.
De acuerdo con la presentación realizada por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y los ministros del Equipo Económico Nacional (EEN), la nueva deuda cubrirá lo siguiente: US$ 100 millones para el IPS, como segundo pago por la deuda histórica; US$ 80 millones para el programa Pytyvõ, especialmente para ciudades de frontera; US$ 100 millones para el MOPC; US$ 40 millones para viviendas; US$ 10 millones para el Fondo Ganadero (FG); y US$ 20 millones para el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH).
El plan Ñapu'ã Paraguay está cargado de proyectos y de la promesa de reforma del Estado, una más de las tantas, pero que para su puesta en marcha tropieza con la realidad de un aparato estatal burocrático e históricamente ineficiente, como quedó demostrado con la ley de emergencia sanitaria.
Las autoridades señalaron que el plan se basa en tres ejes estratégicos: 1) protección social, ingresos e integración; 2) inversión pública para empleos; y 3) créditos para el desarrollo; y estas medidas irán acompañadas con una reforma del Estado.
El primer componente incluye un presupuesto de US$ 250 millones, para extender el subsidio Pytyvõ y llegar a 770.000 beneficiarios potenciales; el segundo prevé la creación de 124.240 empleos directos e indirectos mediante obras a ser desarrolladas por varios entes; y el tercero, una reconversión empresarial y laboral.