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Entre los costos directos, mencionó que están los recursos humanos, la gestión administrativa, logística, el costo del producto y los premios que se pagan a los “traders”, que son los que traen el combustible; mientras que entre los indirectos se encuentran los impuestos, selectivo al consumo y otros. “Están entre nueve o diez puntos, que al cargar los datos se podría definir los costos y ser más transparentes”, dijo.
Señaló que esta propuesta de fijar la fórmula es una iniciativa que data de hace años y nunca fue aplicada.
En cuanto al contexto actual, Takahasi manifestó que como consecuencia de la cuarentena impuesta para evitar contagios masivos del coronavirus, el panorama mundial está muy cambiante en todos los aspectos y la economía global sufrirá bastante, con situaciones que se presentan con variables complejas. “Me parece que es prudente esperar un plazo razonable de 30 días y en base a eso evaluar la estabilización de los precios internacionales y la proyección que se pudiera elaborar, y en base a esa información adoptar una decisión al respecto”, opinó.
Takahasi destacó igualmente la importancia de la definición de los plazos de revisión de los parámetros para tener definidos los precios y así “no estar sujetos a la voluntad política o económica del momento”.