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Giménez dijo que para los importadores resulta complicado realizar las planificaciones propias del sector, puesto que se desconoce la proyección del consumo. “Estamos con una gran incertidumbre porque no podemos realizar ninguna estimación de compra, por un lado, porque las compras grandes se realizan de fábricas de China, las cuales se están reactivando y están con pedidos atrasados; y por el otro, porque se desconoce el comportamiento que tendrá el consumo”, explicó ayer.
Añadió que nadie puede precisar si esta situación durará tres o seis meses, información que es crucial para planificar las compras que demorarían cinco o seis meses en llegar al país, también es un dato incierto.
Por otra parte, Giménez indicó que a los inconvenientes que tienen para la programación de los importadores se suma el problema que representa la bajante del río Paraguay, principal hidrovía del país. “En estos momentos, el calado es muy bajo lo cual impide la normal navegación de las embarcaciones”, explicó y añadió que con ese sector se trabaja en mecanismos para facilitar la llegada a destino de las barcazas que se encuentran en circulación. “Se trata de un problema más que se suma a lo que es la importación y exportación de mercaderías”, resaltó Giménez y lamentó que el mundo está prácticamente paralizado y estas circunstancias internas también repercuten fuertemente.