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Explicó igualmente que al mantenerse las cosas como están, le favorece a Eletrobras que, gracias a este acuerdo de cuatro años, puede seguir emitiendo sus bonos y demostrando “rentabilidad” sobre el negocio Itaipú, no solo sobre su 50% de generación, sino también sobre la parte cedida por la ANDE, que no sobrepasará 15%, lo que quiere decir que habrá una cesión del 35%, a cambio de una pobre compensación de US$ 9 el MWh.
El otro punto importante, según Benítez, es que seguir alimentando desde Itaipú en un 90% el Sistema Interconectado Nacional y en un 5% en promedio de Yacyretá, porque Acaray también aportaría el otro 5%, habla de una tasa de crecimiento de 8%, y la realidad ha demostrado que en estos últimos cinco años esa tasa no ha llegado al 6%.
Mayores costos
El profesional insistió asimismo que la ANDE no podrá salvarse de mayores costos, dado que al contratar más implicará mayores costos, aunque se mantuviera el costo medio por debajo de US$ 30 el MWh. Dijo que ese aumento de costos oscilará entre el 10% y el 20% hasta el 2022, que tiene que ser o absorbido o por la ANDE o por la ciudadanía. “En una contratación que irá subiendo hablamos de un agujero de más de US$ 60 millones”, resaltó.
Acotó que tuvo razón al afirmar en publicaciones anteriores que el impasse con Eletrobras no era tanto por la contratación de potencia, sino que el presidente de la ANDE, Luis Villordo, trataba de garantizar que los costos medios no se disparen. “Ahora, qué entregó a cambio es la gran pregunta que todos nos hacemos”, dijo.