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Explicó igualmente que en esta enorme deuda están incluidas groseras irregularidades, como el subsidio recibido por el mercado brasileño a través de la tarifa fijada por debajo del costo de generación de Itaipú, entre los años 1985 y 1990, por US$ 4.193,5, más conocida como la “deuda espuria”, que hasta ahora el Brasil no reconoce ni está dispuesto a pagar.
Igualmente, están las implicancias negativas del “Plan Real del año 1994, que generó una pérdida a la Itaipú de US$ 4.583 millones”.
En este sentido, la profesional compatriota propuso como uno de los elementos de negociación para el 2023 una auditoría de este endeudamiento, con lo cual Eletrobras, acreedor del 96%, ya no podría cotizar en los mercados bursátiles, porque los bonos y las acciones de la Bolsa de Valores de Nueva York “deben ser deudas limpias”.