Cargando...
Si el empate ya era un resultado amargo, el “café” que nos tiró encima Colombia en el final del encuentro terminó por quemarnos a todos.
No solamente el triunfo nos dijo “no”, sino que esta vez se produjo la primera derrota de la Albirroja jugando como local, en el Defensores.
Paraguay estuvo lejos de repetir aquella explosiva actuación, al menos en el comienzo, frente a Chile. Esto se debió, entre otras cosas, a que el rival de turno, Colombia, tiene otras características al del seleccionado chileno.
Además del orden con que juega dentro de la cancha y la rapidez con que trasladan la pelota, los colombianos poseen gran fortaleza física y la hacen valer.
De ahí que en las pelotas divididas o en los anticipos los nuestros siempre llevaron las de perder, por mayor envergadura física de los colombianos.
Una vez más, se notaron falencias en la conformación inicial del conjunto paraguayo.
Se insiste con jugadores que ya han tenido suficiente oportunidad en el equipo, sin llegar a justificarse, como los casos del “Conejo” Benítez, el mismo Candia, además de otros que juegan en posiciones que nos les favorecen para un rendimiento más alto.
Romero, muy tirado hacia la izquierda en el primer tiempo, prácticamente no aportó mucho. Lezcano no tuvo la compañía adecuada y terminó perdiéndose en imprecisiones.
En el segundo tiempo, arrancó Derlis González en lugar de Riveros, que debió ser un cambio obligado. Con Derlis, Paraguay tuvo más fútbol, por lo que nos hace pensar que debió haber comenzado el partido.
Cuando Paraguay buscó el gol sobre el final, de un contragolpe surgió el golpe letal sobre los 90’. Ante mala salida de Barreto, Cardona convirtió de emboquillada y nos deja en difícil situación.